El oscurantismo extremo con Ter Stegen

Todo lo relacionado con la lesión de Ter Stegen se está gestionando bajo un secretismo máximo impuesto por el guardameta alemán, siempre receloso de su intimidad, algo absolutamente comprensible. Marc-André es un profesional que recela de toda aquella información que él no puede controlar, mucho más si se refiere a su salud. Está, por supuesto, en su derecho y la única postura posible ante su decisión es el respeto. 

La opacidad con la que se está llevando a cabo el paso por el quirófano del meta, así como la concreción de la lesión es extrema. Hasta el punto de que ni su entorno comunicativo, sus agentes ni, por supuesto, el Barça tienen permiso para informar, no a los medios de comunicación, simples transmisores de información, sino a sus socios y aficionados de cómo evoluciona la salud de un portero que llegó en 2014 al Camp Nou y que siempre ha tenido el cariño de su gente.

Lo poco que se ha podido saber del proceso es quién le operará y dónde. A partir de ahí, silencio total. Un celo extremo que en un profesional del fútbol resulta también extremadamente llamativo. Cuándo podrá estar disponible para el equipo es otra incógnita. Que sea lo antes posible.