Perpetra su última provocación

Mourinho quiere ganar la Liga en el Camp Nou

El luso considera que es la única manera de devolver todas las humillaciones sufridas durante estos dos años

Alejandro Alcázar

Jose Mourinho está crecido. Con la boca pequeña y de cara a la galería, el entrenador portugués continúa sin dar la Liga por ganada, pero en la intimidad del vestuario no solo ya se ve campeón, sino que especula con la posibilidad de coronarse en el corazón del barcelonismo. Los diez puntos de ventaja que actualmente saca al equipo dirigido por Pep Guardiola han provocado que el técnico del Real Madrid esté perpetrando ya una nueva provocación. Mourinho no tiene suficiente con apuntarse el título de la regularidad. Quiere hacerlo sacándose la espina de todas las humillaciones sufridas a manos del Barça a lo largo de la temporada y media que lleva al frente del conjunto merengue.

El preparador luso es consciente de que en el seno de su propio vestuario se considera que ganar la Liga sin haber derrotado al Barça es sumar un título descafeinado. Y ha aprovechado ese sentimiento para espolear a sus pupilos en la recta final del campeonato. El reto que planteó Mourinho a sus futbolistas nada más concluir el partido ante el Levante es proclamarse campeones en el Camp Nou y celebrar la fiesta en el feudo barcelonista. Ello implica llegar a esa cita manteniendo los diez puntos de ventaja, ya que después del duelo directo ante el Barça quedarán cuatro jornadas para concluir el torneo, teniendo en cuenta que la primera jornada de la primera vuelta está aplazada para el 2 de mayo. Es decir, aún quedarán doce puntos por disputarse.

Mourinho ha tenido que soportar durante el último año y medio las comparaciones con el fútbol del Barcelona. De nada le ha servido noquear a los blaugrana en la pasada final de la Champions League. Incluso muy pocos valoran su trayectoria en la actual Liga ni los diez puntos de distancia que mantiene actualmente con el conjunto culé. El técnico luso ha sido incapaz de sacarse de encima la etiqueta 'cagón' cuando se mide al Barça y sabe que la única opción que tiene de disipar todas las dudas es imponerse en el cuerpo a cuerpo con el máximo rival.

El reto planteado a sus futbolistas le sirve, de paso, para mantener la máxima concentración en la Liga ahora que reaparece la Champions League. Mourinho teme que con el regreso a la máxima competición continental su equipo se distraiga y vuelva a dar vida al Barça en el torneo de la regularidad. Mou sabe que esos diez puntos son una distancia muy apreciable, pero también es consciente de que si hay en el planeta un equipo capaz de enjugarle esa renta ese es el Barça. Ante el Levante detectó algún síntoma de relajación que a punto estuvo de costar un disgusto y su intención es erradicar ese problema de raíz. Su cara durante toda la primera parte era de máxima preocupación y no se le escapa que cada jornada va a ser una pelea por mantener la tensión y evitar dar vida al máximo rival.

Alcanzar este objetivo sería saciar su egocentrismo. Colmaría su sed de venganza ante Guardiola, le erigiría en héroe madridista y le permitiría abandonar la entidad blanca por la puerta grande, pasando factura, de paso, a sus críticos. Sería la medicina para sanar su complejo de inferioridad ante el Barça y por eso ha instado a sus futbolistas a no bajar la guardia ni un solo partido. El objetivo es mantener el ritmo para no otorgar ninguna opción al Barça. Lo que quizá no ha calculado 'Mou' es que esa obsesión con el conjunto blaugrana puede pasarle factura al equipo en la dura recta final de la temporada.