Montjuïc ya tiene su épica

Primera gran remontada del Barça en el estadio olímpico, en un partido caótico

El Barça, que perdía 0-2 en el minuto 81, marcó tres goles en siete minutos para acabar firmando su primera gran hazaña en Montjuïc

FC Barcelona - Celta: Así fue la remontada del Barça

Javier Giraldo

Javier Giraldo

La montaña olímpica también tiene su épica: no había tenido aún ocasión de comprobarlo la afición del Barça. Hasta ayer. Tres goles en siete minutos certificaron una remontada de fe y coraje. El Barça volteó el 0-2 del Celta en un arrebato ofensivo que tuvo algo de heroico; una de esas remontadas que permanecen durante mucho tiempo en la memoria del aficionado. 

Fue un partido extraño, desconcertante por momentos. El Barça fue un equipo anárquico durante demasiados minutos, mal coordinado en defensa y sin demasiadas ideas en ataque, hasta que Lewandowski acertó a embocar en el minuto 81, cuando el Celta ya había marcado dos goles. Fue un golazo, por cierto, que remitió al que en su día (pronto se cumplirán 30 años) marcó Romario en Pamplona, aprovechando un pase bombeado de Laudrup como el que ayer se inventó Joao Félix.

Cancelo fue el autor del 3-2

Cancelo fue el autor del 3-2 / J. Ferrandiz

El gol disparó el termómetro emocional de Montjuïc: la ‘gent blaugrana’, que ya sabe lo que es disfrutar de partidos épicos en el Camp Nou, disfrutó del primer gran torbellino en las gradas del estadio olímpico. La comunión del público y del equipo fue tal que el Barça anotó dos goles más en un visto y no visto, primero Lewandowski y para culminar la remontada, Joao Cancelo. El Barça ganó un partido que perdía 0-2 en el minuto 81. Imposible imaginar una montaña rusa emocional de tal calibre. 

A Xavi le costó un mundo sacar adelante el partido: movió todas las piezas posibles, sobre todo en ataque. Al descanso, ya por debajo en el marcador, apostó por una defensa de tres. Sin Oriol Romeu ni Frenkie de Jong (lesionado), la batuta del equipo recayó en un Gavi siempre eléctrico. 

Y de ahí en adelante, todo el arsenal ofensivo en el campo: Ferran, Lamine Yamal, Lewandowski, y Raphinha. También Balde y Araujo, que miraron sin complejos a la portería rival. 

Fue un partido caótico, pero que dejó siete minutos memorables y una lección para el futuro: cuando hay que tirar de fe y de coraje, el Barça de Xavi también sabe hacerlo.