Exclusiva SPORT
Máxima prudencia en el vestuario del Barça
Los pupilos de Koeman, especialmente los pesos pesados, coinciden en mantener al grupo en tensión: todavía hay que mejorar mucho
El triunfo en Granada fue un subidón pero la plantilla quiere seguir manteniendo un perfil bajo
La épica victoria en Granada supuso una sobredosis de adrenalina sobre el césped de Los Cármenes. Abrazos, gritos de desquite y satisfacción por ver recompensada la gran actuación del equipo. Fueron unos pocos minutos de máxima felicidad para volver inmediatamente después a la 'vida real'. Tras el choque no hubo ningún discurso emotivo ni ninguna proclamación ambiciosa, y es que la plantilla del Barça tiene muy claro que debe seguir manteniendo un perfil bajo. De ello se encargan los pesos pesados, conscientes de que las últimas experiencias no dejan espacio a la más mínima relajación.
Al regresar a vestuarios se escucharon algunos gritos de felicitación entre los propios jugadores. El esfuerzo para levantar el partido fue titánico y el equipo luchó como una piña hasta el último segundo. Pero más allá de eso, el grupo recuperó rápidamente la 'normalidad', pues es consciente de que el margen de mejora todavía es enorme.
Sobre el césped, Messi pedía cabeza a sus compañeros tras el 2-2. Tras el encuentro, no hizo falta que nadie reclamara bajar revoluciones porque todo el vestuario lo entiende de la misma forma: el equipo todavía está en construcción y debe mantener un perfil bajo. Hace menos de un mes se escapó una Supercopa de España que parecía ganada, por lo que no hay espacio para pensar ya en grandes conquistas. De alguna manera, el hecho de que nadie dé por favorito al Barça en ninguna competición ha permitido instalar un mensaje 'cholista' de puertas hacia dentro: solo hay que pensar en mejorar partido a partido.
Los jóvenes como Pedri, De Jong, Araujo y compañía están aportando mucha frescura e ilusión, y los más veteranos empiezan a ver como la nave despega poco a poco. Sin embargo, son precisamente los que llevan más años los que saben cuál ha sido la realidad del club en las últimas temporadas: Roma, Anfield, el 2-8... De ahí que los capitanes marquen la línea: es importante tener ambición pero hay que seguir manteniendo un perfil bajo. La realidad es que el Atlético tiene la Liga en su mano y la Champions es, hoy por hoy, más un sueño que un objetivo real.
La eliminatoria ante el PSG está a la vuelta de la esquina y el vestuario azulgrana acepta e incluso considera positivo que se otorgue al cuadro galo el papel de favorito. El Barça ha vivido en sus propias carnes que el cartel de favorito sirve poco o nada antes de que empiece el partido. Para el primer choque aún quedan 10 días y el conjunto de Koeman los aprovechará para seguir creciendo como grupo. Sin prisa pero sin pausa. Sin relajarse lo más mínimo pero sin sobrepresionarse.
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