El acoso del PSG

A pocos días del duelo de octavos de la Champions, los parisinos buscan desestabilizar al Barça con el futuro de Messi

Los dos clubs han mantenido unas tensas relaciones institucionales y deportivas desde hace varias temporadas

Los futbolistas del PSG celebrando el gol de Di María

Los futbolistas del PSG celebrando el gol de Di María / EFE

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Barça y PSG volverán a enfrentarse en los octavos de final de la Champions. Será el primer duelo en la máxima competición europea desde la histórica eliminatoria de 2017, cuando los blaugrana, entrenados entonces por Luis Enrique, remontaron contra todo pronóstico el 4-0 encajado en la ida disputada en París con un 6-1 que quedará para siempre en la memoria de la afición culé

Aquel partido fue clave para entender la salida de Neymar del Camp Nou durante el verano siguiente. El brasileño fue, seguramente, el gran protagonista de la remontada, echándose el equipo a la espalda y obligándoles a creer, marcando de falta y de penalti dos de los goles. Y, sin embargo, el extremo no protagonizó ninguna de las dos imágenes icónicas de la noche: el salto de Sergi Roberto para marcar el sexto y, sobre todo, Messi subido a la valla con el puño alzado y rodeado de aficionados enloquecidos. Neymar se dio cuenta de que, por mucho que hiciera, nunca podría adquirir la jerarquía del ‘10’ vestido de blaugrana. Al-Khelaifi, presidente del PSG, aprovechó la coyuntura para golpear fuerte el proyecto deportivo del Barça pagando la cláusula de rescisión del futbolista (222 millones de euros) para llevárselo a París. Ganó en los despachos lo que no pudo ganar sobre el césped. Aquella operación fue uno de los puntos álgidos de la relación tormentosa que el conjunto francés y el blaugrana han mantenido desde hace ya muchas temporadas, siempre bajo la atenta mirada de Qatar.   

Más que un patrocinador

Durante la presidencia de Sandro Rosell, el Barça cerró un acuerdo de patrocinio con Qatar Airways en 2011 que supuso ingresos millonarios para las arcas de la entidad blaugrana. De hecho, gracias a ese músculo financiero pudo firmarse a Neymar en su día. La relación entre Barcelona y Doha nunca acabó de gustar del todo en el PSG, cuyo capital es catarí, porque reforzaba a un rival directo a nivel europeo. De hecho, durante el 6-1, los futbolistas del Barça lucían la publicidad de ‘Qatar Airways’ en la camiseta, aunque esa fue la última temporada con el patrocinio de la aerolínea árabe. A la masa social culé tampoco acababa de convencerle tener como socio a un país cuyo sistema político está lejos de parecerse a una democracia. 

En Doha no gustaban las dudas alrededor de su acuerdo de patrocinio procedentes del Camp Nou. No tanto por la opinión de los socios, sino por la poca defensa del pacto de Josep Maria Bartomeu, sobre todo durante las elecciones de 2015. Todo aquello acabó con la relación entre la aerolínea y la entidad y la llegada de Rakuten a partir de la temporada 2017-2018 a la camiseta del Barça, una imagen que completó el aterrizaje de Neymar a París para iniciar un nuevo proyecto deportivo en el PSG. 

Fichajes frustrados

La tensión evidente a nivel institucional, más allá de intereses económicos, se retroalimentaba de los intentos frustrados del Barça de firmar a futbolsitas de la entidad francesa. Ronaldinho, en 2003, es, sin duda, la operación más provechosa desde el punto de vista culé y, seguramente, un precedente del que, aunque aún no habían desembarcado en el club, Qatar tomó buena nota. Por eso todos los intentos de reforzarse con jugadores del PSG han sido infructuosos por parte del Barça. Ni Thiago Silva, ni Verratti, ni Marquinhos, ni Di María fueron capaces de cambiar de aires ante la negativa de los parisinos, sobre todo cuando era el Barça quien apostaba por ellos.

En la dirección contraria, Maxwell cambió Barcelona por París en 2012 y, más recientemente, Rafinha lo hizo el pasado verano por el módico precio de tres millones en variables y un 35% de una futura venta. Acuerdos menores que no disimulan la evidente enemistad entre ambos clubs, cuya intensidad crece a medida que se acerca la eliminatoria de Champions. Desde París buscan desestabilizar atacando donde más duele: el futuro de Leo Messi. Desde que Neymar pidiera volver a jugar con él, todos los estamentos del club se han unido a la hora de generar dudas sobre la hipotética llegada de Leo al PSG.