Linares, el club de las mil resurrecciones

"El Linares siempre vuelve", reza la cabecera de la web oficial del Linares Deportivo, el próximo rival del Barça en la Copa del Rey. No es lema oficial del club, más bien un mensaje de reclamo para que socios y aficionados, pero resume a la perfección la intensa historia del club de Sierra Morena, que desde su creación ha tenido que sobrevivir a varias desapariciones, liquidaciones y refundaciones. Y siempre ha vuelto.

Costaría encontrar en el mapa futbolístico español otro club tan resistente a las crisis. Desde que el fútbol se instaló en Linares, gracias a los trabajadores mineros procedentes de Gran Bretaña (Linares llegó a tener incluso consulado británico), y más concretamente desde 1909, fecha de fundación de la Sociedad Gimnástica Linarense, el fútbol en Linares ha vivido en una montaña rusa. 

En 1920 se funda el Linares FC, el primer club propiamente federado de la ciudad, que en 1924 estrenó el campo de Deportes Virgen de Linarejos y en 1925 se inscribió formalmente en la Federación regional del Sur como club federado. 

Su aventura no duró demasiado: el club quedó disuelto por problemas económicos, pero en 1929 el testigo lo recoge la Gimnástica Linarense, que en 1931 incorpora a jugadores de otros clubes de la zona y pasa a llamarse Linares Deportivo. Es entonces cuando el club pasa a vestir camiseta azul y pantalón blanco.

La unión con el Titán

Tras sobrevivir a la Guerra Civil, el Linares Deportivo se estrena en Tercera división en la temporada 1943-44, pero su trayectoria en la categoría es errática y su gestión económica fallida –con fichajes inasumibles-, por lo que el club es dado de baja en 1946. Para aliviar la crisis, el Linares Deportivo se une en 1951 con otro club de la ciudad, el Titán Club de Fútbol. El nuevo club pasa a llamarse Club Deportivo Linares.

El estreno del estadio de Linarejos

En agosto de 1956 se estrena el estadio de Linarejos (es uno de los estadios con más solera de España y mantiene un aire británico que recuerda al viejo Atocha) y el club está a punto de ascender a Segunda división, pero tras varios intentos fallidos, en 1964 el club desciende a Primera Regional y devorado por las deudas, desaparece.

Resurge entonces la vieja historia industrial y minera de la ciudad: el grupo de empresa Santana, creado en 1956 para la elaboración de maquinaria agrícola y posteriormente dedicada a la fabricación de automóviles todoterreno (allí se fabricaba el popular Land Rover Santana), tenía su propio equipo de fútbol y en 1964 ocupa la plaza del club desaparecido bajo un nuevo nombre, Santana-Linares CF. 

El club pasa a jugar con camiseta amarilla hasta que en 1967 la empresa se desvincula del equipo y el club vuelve a llamarse simplemente Linares CF, de nuevo con camiseta azul y pantalón blanco. 

Los mejores años

Fueron los mejores años del fútbol en Linares: el club asciende por primera vez en su historia a Segunda división en 1973 de la mano del técnico Carlos Galbis y aunque la aventura solo dura una temporada, se establecen las bases para volver a Segunda en 1980, tras eliminar al Calvo Sotelo de Puertollano.

Nando Yosu y Preciado

Entre 1980 y 1984, el Linares compite en Segunda división con nombres como Nando Yosu en el banquillo (entrenador entre 1981 y 1984) y Manolo Preciado en la plantilla. En 1985 llega a la ciudad un joven que compagina su trabajo como profesor con un puesto como centrocampista en el Linares, de nombre Rafa Benítez, futuro entrenador de éxito. 

Fue en la temporada, 1983-84, la última en la que el Linares disfrutó de la categoría de plata, en la que obtuvo su mejor registro en la Copa: alcanzó los octavos de final de la competición tras eliminar en las rondas previas al Antequerano, Marbella y Alavés, antes de caer ante la UD Las Palmas (sendas derrotas por 1-0) en octavos. 

Tras descender en 1984, el club acomete una serie de fuertes inversiones con el objetivo de regresar a Segunda que no dan sus frutos y que derivan en una situación económica nuevamente dramática: en el curso 1989-90, pese a ocupar la media tabla en Segunda B, el Linares desciende a Tercera por deudas. Y el 1 de septiembre de 1990 el club queda liquidado. 

Se funda entonces el CD Linares, que empieza desde las categorías más bajas. El club está a punto de subir a Segunda A en 2006, 2007 y 2008, con Pedro Braojos en el banquillo. 

Pero en 2008 la crisis del ladrillo arrasa con la entidad, presidida entonces por el constructor Delfín Cañas. El club se declara en concurso de acreedores, con una deuda de 1,5 millones de euros, y en julio de 2009 desaparece oficialmente. Dos años más tarde cerró la empresa Santana, que durante muchos años había sido uno de los motores económicos de la comarca, dando empleo a 5.000 personas.  

Nuevamente desde lo más bajo

Nuevamente obligados a reconstruir el club desde cero, son los aficionados ‘azulillos’ (sin ayudas institucionales, como insisten en la ciudad, habitualmente a la sombra de Jaén, la capital de la provincia) quienes toman la iniciativa y fundan la Asociación Deportiva Linares. Como en anteriores refundaciones, el nuevo club hereda el campo, el escudo y los colores. 

Pese a no contar entre los favoritos, el Linares acabó la pasada temporada como campeón del grupo IV de Segunda B, circunstancia que le dio acceso a disputar el play off de ascenso a Segunda que se jugó en Extremadura.

Pese a la ilusión con la que el equipo y la ciudad afrontaban el desafío, el Linares cayó derrotado a las primeras de cambio ante el Amorebieta, que acabaría siendo uno de los cuatro ascendidos a Segunda. 

El ascenso a Segunda hubiera sido la guinda a unos años de bonanza en Linares: tras muchos años de reclamaciones, el club dispondrá por fin del presupuesto necesario -11 millones de euros para reformar el viejo estadio de Linarejos, en el que en su momento llegaron a jugar ilustres como Di Stefano o Johan Cruyff. El último gran producto de la cantera del club es José Corpas, ahora en el Eibar. 

Un club al alza

Bajo la presidencia de Jesús Medina, uno de los artífices del buen momento del club, el Linares pasará en los próximos meses a ser sociedad anónima deportiva, con el aval de los socios. 

Antes, la ciudad vive con ilusión la previa de uno de los grandes enfrentamientos de su historia (el club nunca ha jugado ningún partido oficial ante Barça o Madrid) sin olvidar las pequeñas chanzas a su gran rival histórico, el Real Jaén, que como recuerdan en Linares verá el partido desde la barrera, dos categorías por debajo del Linares, en la Tercera RFEF.