Un millón de culés se echaron a las calles

La Liga del "Urruti, t'estimo" cumple 30 años

El 24 de marzo de hace 30 años, el Barça cantó en Valladolid el alirón y se llevó su décima Liga. Por aquel entonces no se vivían alegrías como las de ahora y la afición ya no se acordaba casi de celebrar un título de Liga, pues la última había sido en 1974 con Cruyff

Este 24 de marzo se cumplen tres décadas de la décima liga del Barça

Este 24 de marzo se cumplen tres décadas de la décima liga del Barça / sport

Manolo G. Crespo

Mientras España negociaba su entrada en el Mercado Común y el dólar seguía subiendo, el Barça conquistaba un título continental, al lograr en baloncesto la Recopa en Grenoble tras un final no acto para cardiácos. Esa victoria supuso el prólogo del título de Liga en fútbol. Aquella tarde –el partido se jugó a las cinco– del 24 de marzo de 1984 el Barça saltó al césped del Nuevo Zorrila con la intención de llevarse el título de Liga que se había dejado escapar una semana atrás, al perder 1-0 en campo del Hércules en un domingo negro y tras un discutido penalti señalado por Urizar Azpitarte. 30.000 espectadores en el campo y 30 millones de recaudación para el Valladolid. 2.000 barcelonistas cantaron el alirón en Zorrilla y la mayoría llegaron de fuera de Catalunya. Tres autocares de Ferrol, dos de Santiago, uno de Langreo, otro de Madrid y los dos que viajaron desde Barcelona.

 El Valladolid finalmente no dejó entrar a las cámaras de TV3 en el estadio para dar en directo el partido y dejó de ingresar 12 millones de pesetas, más lo correspondiente a la publicidad estática. Los aficionados tuvieron que conformarse con los resúmenes del encuentro por culpa de la guerra que, por aquellos días, mantenían TVE y TV3. TVE no cedió los enlances y la LFP no autorizó tampoco a que TVE lo diera.

El Barça, que de la mano de un desconocido Terry Venables, empezó el campeonato haciendo una demostración de fuerza al ganar 0-3 en el Bernabéu, se disponía a cantar el alirón después de una temporada en la que destacaba la presión del equipo en cada partido, la proximidad entre líneas y el compañerismo de un grupo que fue a por todas desde el primer día. El Barça experimentó un cambio brusco ya que venía de jugar al toque con Menotti y pasaron a un fútbol más físico, pero Venables supo conjuntar un grupo en el que los jugadores supieron hacer a la perfección lo que el técnico les pedía. Creyeron en él y en sus métodos y la décima Liga de la historia del Barça se fue para las vitrinas del Club.

Fue la Liga del pressing y, aunque el equipo no destacó en el fútbol técnico, si que sometió a sus rivales por fuerza y pegada. Esas características de presión y estrategia, pero como menos fútbol, se puede asemejar en algo al Barça actual, pero con matices.

Aquella tarde en Valladolid, en la jornada 30, el título tenía que caer. Dos puntos faltaban para cerrar en campeonato. La cosa se puso bien a los 8 minutos con un remate de cabeza de Clos que no pudo atajar el meta Fenoy. Duró poco la alegría ya que Mágico González, empató cuatro minutos después, pero el alirón estuvo cada vez más cerca cuando Alexanko batió en el 63’ la meta pucelana. La alegría no podía ser completa y, como la semana anterior, esta vez Sánchez Arminio, el actual presidente del Colegio de Árbitros, señaló como derribo un piscinazo de Aracil ante Julio Alberto.

Eran las 18.43 de la tarde, faltaban menos de tres minutos para el final y el colegiado se inventó el penalti que dejó todo en el aire o en manos de la épica. En este caso, en manos de Javier Urruti. Y entonces nació una frase que ha quedado para la historia y que pronunció Joaquim María Puyal desde su cabina de transmisión en estadio de Zorrilla. Por eso la Liga 84/85 es la Liga del “Urruti, t’ estimo”. Radio Barcelona hizo 20.000 adhesivos con la frase y un gran corazón.

 Fue la Liga de la parada de Urruti, la butifarra posterior y de la celebración en Barcelona con un millón de culés en las calles. SPORT tiró 150.000 ejemplares de un diario que costaba 25 pesetas (15 céntimos de euro), pero antes los jugadores cenaron y lo celebraron en Madrid en el Hotel Barajas. La cena fue a base de langostinos, carne, vino de Rioja, tarta helada y pastel con los colores del Barça que partieron Terry y los capitanes Sánchez y Schuster. Después siguió la fiesta. Venables se quedó en la discoteca del hotel, mientras que los jugadores se fueron a Pacha, Joy Eslava y al pub del exblaugrana Morán. La Liga fue la primera de José Luis Núñez y, tras once años de espera el título, bien merecía celebrarlo por todo lo alto.