Lewandowski acaba el año gafado ante el gol

Decía Xavi hace apenas cinco días, después del empate en Mestalla contra el Valencia, que probablemente el Barça debía ser uno de los peores equipos de Europa en cuanto a efectividad. Ayer, ante el Almería el conjunto blaugrana ratificó la sensación de su técnico. Nada más y nada menos que ¡30 remates! para anotar tres goles ya firmar una agónica victoria contra el colista.

El Barça más alarmante salva los muebles ante el colista

La falta de puntería está condicionando a un Barça que empezó la temporada con buenas sensaciones pero que ha acabado el año con muchas dudas por esa incapacidad mostrada para cerrar los partidos. Y su referencia ofensiva, Robert Lewandowski, fue ayer el reflejo de esta situación.

Desde el esguince en el tobillo izquierdo sufrido en Oporto, a principios de octubre, Lewy no ha sido el mismo. Hasta ese momento sumaba seis goles en diez partidos. Desde entonces solo ha sumado tres dianas más en once encuentros. El polaco lleva nueve goles menos que el pasado curso a estas alturas. Y el equipo se resiente.

Es cierto que el polaco no ha tenido en muchos partidos la incidencia que se espera de él, pero no es menos cierto que parece ser víctima de una maldición, como si alguien le hubiera echado un mal de ojo. Contra el Almería, ese gafe se elevó a la máxima potencia, con Luis Maximiano convertido en un muro insalvable para un Lewy que acabó el encuentro desesperado ante las intervenciones del portero luso.

Lewandowski estuvo mucho más activo y participativo que en encuentros anteriores, especialmente en la segunda parte, en la que también acompañó la actuación del equipo. Gozó de tres ocasiones de las que un delantero de su nivel no suele perdonar, pero allí estaba Maximiano para amargarle la noche.

La parada más inverosímil fue aún en la primera parte, pasada la media hora. Lewy amagó hasta en dos ocasiones el disparo ante la presión de Edgar para acabar soltando un zurdazo seco que hubiera sorprendido a cualquier portero... menos a un Maximiano que aguantó hasta sacar una mano increíble abajo.

Ya en la segunda parte, en pleno asedio blaugrana, Lewy se desesperó al ver cómo el portero del Almería repelía un mísil desde la frontal, primero, y otro zurdazo dirigido a la escuadra, tras recortar a Chumi, después. El delantero polaco bien pudo acabar el partido con un ‘hat-trick’. 

El gol se le resistió un partido más, pero Lewandowski no se fue del partido y con su movilidad y capacidad para arrastrar a los centrales sirvió una asistencia primorosa para que Sergi Roberto decidiera un partido que se había complicado.