Klopp y la fábula del Leicester

Jürgen Klopp se dedicó a vender motos durante todo el verano a los ejecutivos estadounidenses de Fenway Sports Group (FSG), el conglomerado propiedad del Liverpool.

El de Stuttgart juraba a pies juntillas que esta temporada sería la del asalto definitivo a la Premier League, un título que se le resiste al club de Anfield desde hace casi tres décadas (campaña 1989-1990, para ser exactos).

Y para volver a reinar en el torneo de la regularidad, el técnico alemán aseguraba que era imprescindible la presencia de Philippe Coutinho.

Según Klopp, el tridente ofensivo que conforman Salah, Firmino y Mané, el rendimiento del cual es más que controvertido, estaba al mismo nivel de las mejores delanteras del mundo.

Es decir, tan buena como la del Barça con Démbéle, Luis Suárez y Leo Messi; la del PSG con Neymar, Mbappé y Cavani; o la del Real Madrid con Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo.

El ex del Borussia insistía que la aportación de Coutinho, incorporándose desde atrás, sería el gran diferencial. Y se posicionó radicalmente en contra de su salida al FC Barcelona el pasado verano.

Ante los dos socios fundadores de Fenway, John W. Henry y Tom Werner (este último ejerce de consejo delegado de la compañía), Klopp defendía que no era necesario realizar inversiones millonarias, como las que estaba realizando el City, el PSG o el Barça, que con mantener a toda cosa a Philippe habría suficiente.

Y remitía al ejemplo del Leicester City, que en 2016, con una plantilla inferior a los grandes del país se llevó el título de la Premier tras un triunfal paseo.

Es más, Klopp también hacía referencia al Tottenham de Mauricio Pochettino, que la temporada pasada fue subcampeón, quedando por delante del United, de Mourinho, y al City, de Guardiola.

Y precisamente en esta última jornada, los Spurs aplicaron el KO definitivo al Liverpool. El 4-1 deja a los 'reds' en la novena posición a 12 puntos del City, cuando solo se han disputado nueve jornadas.

Ante directivos que deben saber mucho de béisbol (Fenway gestiona los Boston Red Sox, de la MLB) pero nada de fútbol, los discursos grandilocuentes de Klopp eran solo humo.

Ganar la Premier sigue siendo una quimera y si no es capaz de enderezar el rumbo peligra la participación del Liverpool en la próxima edición de la Champions. 

El castillo de naipes se ha derrumbado. Y Coutinho intenta tirar del carro de un equipo vulgar, que ya ha recibido severos correctivos como el 5-0 en su visita al Etihad Stadium del Manchester City o el referido 4-1 de este fin de semana ante los 'spurs'. 

Antes de haber llegado al primer tercio de la temporada, ninguno de los argumentos que Klopp expuso para impedir el fichaje de Coutinho por el Barça se mantiene. Eso sí, el técnico alemán mantiene su histrionismo grandilocuente.

Ahora, sus opciones de título solo pasan por la Cup, puesto que caer en la Champions parece solo una cuestión de tiempo.