El ganador de los clásicos

El Real Madrid deberá sufrir nuevamente a una de sus grandes bestias negras. Leo Messi llega al clásico en un buen momento y con ganas de seguir con su balance más que positivo contra el conjunto blanco. Leo está a una sola victoria de alcanzar las 20 contra el eterno rival en el que será su clásico número 42.

A la espera del partido del miércoles, en estos 41 encuentros, Messi suma 19 triunfos, con 10 empates y 12 derrotas. Por tanto, el bagaje favorece al futbolista del Barça, que siempre ha mostrado unas grandes prestaciones frente al conjunto blanco.

Leo ha anotado 26 goles en los clásicos que ha disputado por ahora en su carrera profesional. Desde Iker Casillas en sus inicios hasta actualmente Courtois, el internacional argentino es un futbolista que se crece cuando tiene delante al eterno rival. Sus goles han hecho mucho daño y han servido para cambiar la tendencia y que el Barça se haya convertido en el conjunto dominante en el gran encuentro del fútbol español.

Tres años sin perder

Messi no sabe lo que es perder un clásico desde el 16 de agosto del 2017 en la Supercopa de España cuando el conjunto blaugrana perdió por 2-0 en el Santiago Bernabéu. Fue el inicio de la ‘era Valverde’, que no arrancó con buen pie, pero en la competición doméstica ha sido realmente exitosa con la conquista de dos Ligas consecutivas de manera abrumadora.

Desde la derrota en el Bernabéu en la Supercopa, Messi ha sumado tres victorias, todas ellas en el feudo blanco, y dos empates, ambos en el Camp Nou.

El crack ha dejado imágenes icónicas en el  recinto madridista, como la camiseta exhibida mostrada a la grada tras marcar en el tiempo de descuento, y en el Camp Nou ha sido el futbolista que ha liderado grandes victorias.

El tridente carbura

Messi contará en esta ocasión con la complicidad de su amigo y compañero de fatigas Luis Suárez, además de Antoine Griezmann, quien se ha sumado al tridente en la presente campaña y en los últimos partidos ha dado síntomas de clara mejoría en el engranaje.

En el partido del Reale Arena, por ejemplo, se vio a un Leo implicado en repartir juego a sus compañeros ofensivos. Messi está aprendiendo a leer los movimientos de Griezmann por la banda izquierda y, por supuesto, se entiende con Suárez solo con la mirada. En San Sebastián le sirvió en bandeja el tanto que significaba el 1-2 provisional.

Al Barça le espera otra gran batalla después de la mantenida ante el conjunto ‘txuri-urdin’ con el objetivo claro de dar un golpe de autoridad en la Liga. Un triunfo sería la mejor manera de llegar a las vacaciones navideñas, si bien antes quedará el último compromiso ante el Alavés del 21 de diciembre en el Camp Nou.