Tercer título de Copa consecutivo

La cuarta final entre el FC Barcelona y el Athletic, disputada el 21 de junio de 1953, fue histórica para la entidad azulgrana, que por vez primera encadenó tres títulos consecutivos. Había cantado el alirón el 1951, derrotando a la Real Sociedad (3-0) y en 1952, superando al Valencia (4-2) en la prórroga. En 1953 tampoco falló y se impuso al equipo rojiblanco por 2-1, con goles de Ladislao Kubala y Eduard Manchón, en una final que reunió a 13 internacionales, siete por el bando azulgrana y seis por el rojiblanco. Una victoria que al Barça le supuso el premio añadido de quedarse el trofeo en propiedad por ganar tres ediciones seguidas.

Barça y Athletic, dos equipos con tradición y solera, volvieron a citarse para ventilar una final el 21 de junio de 1953 en el Nuevo Chamartín, once años después del último choque. Y, como entonces, y por la mínima, la victoria sonrió al conjunto catalán, que tenía en Kubala a su principal figura, frenado en varias ocasiones por Areta con descarados agarrones de camiseta.

Tácticas

Los leones llevaron la iniciativa en el primer tiempo para dar primero, conscientes de que pese a la gloria que acumulaba su línea delantera, también sumaba muchos años y difícilmente tendría combustible para aguantar todo el partido. Pero el marcador no se movió en los primeros 45 minutos. En la segunda mitad fue el Barça quien empezó imponiendo el ritmo y, así, con una marcha más, llegaron dos goles en los primeros minutos, obra de Kubala tras un centro de Manchón, y de Manchón, que aprovechó un rechace del guardameta a disparo de Kubala para acercar el trofeo al Barça.

El Athletic, fiel a su raigambre deportiva, sacó fuerzas de flaqueza y se batió a la desesperada en busca del milagro. Venancio restó la diferencia arrancando en posición dudosa y el Barça, a partir de entonces, optó por una táctica conservacionista. Capitalizó el balón, ralentizó el juego y desquició a su rival, especialmente Kubala, a quien nadie podía sacar el esférico cuando caía bajo su control. Lo escondió entre sus piernas y lo defendió con su musculado y hercúleo torso en duras luchas cuerpo a cuerpo. “No lo hice nunca para perder tiempo –dijo el húngaro tras el pitido final, silbado por su forma de actuar– sino para conservar en mi poder la pelota hasta que mis compañeros estuvieran en situación de recibirla sin peligro de que fuese a parar a un contrario”.

El capitán, Marià Gonzalvo, el menor de la gran saga, recogió el trofeo y se o ofreció a sus compañeros, entre los que se encontraba César Rodríguez, el capitán, que no pudo jugar por lesión. Su ausencia restó poder ofensivo al equipo y el Barça lo acusó su ausencia.

Daucik, el entrenador barcelonista, aseguró que su equipo hubiera podido ampliar el marcador “si no se hubiera querido asegurar el gol y apurar demasiado la jugada en ocasiones”. Agregó que Kubala fue uno de los destacados “por su inteligencia y mucha técnica”. El Athletic no se quedó a presenciar cómo el Barça recibía la Copa.

Ficha técnica

Campo: Nuevo Chamartín (Madrid). 68.145 espectadores

Athletic Club: Carmelo; Orúe, Areta, Garay; Manolín, Canito; Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo (c) y Gaínza. Entrenador: Antonio Barrios.

FC Barcelona: Ramallets; Seguer, Biosca, Segarra; Flotats, Gonzalvo III (c); Basora, Bosch, Kubala, Moreno y Manchón. Entrenador: Ferdinand Daucik.

Goles: 0-1, Kubala (m. 47); 0-2, Manchón (m. 56); 1-2, Venancio (m. 61).

Árbitro: Rafael García Fernández (cántabro).