Dembélé desencadenado: la gran obra de Xavi

Xavi cree en Dembélé y quiere que Ousmane se lo crea. El técnico lo tenía claro: valía la pena invertir dinero y tiempo en él. El potencial estaba ahí: podía ser uno de los mejores extremos del mundo. Xavi insistió y volvió a insistir cuando nadie parecía entenderle. El resultado ha sido una versión deslumbrante de Ousmane como ha constatado el Camp Nou ante el Plzen. 

No es que Xavi haya ordenado su juego (Dembélé sigue siendo capaz de lo mejor y lo peor), pero ha logrado una implicación insospechada hace solo unos meses. Hoy empezó destemplado con varias pérdidas marca de la casa, pero nunca se desentendió de sus errores. Ahí está el click: ahora trabaja para el equipo, es agresivo tras pérdida y tiene el gol en la cabeza.

El mejor retrato del cambio ha sido el tercer gol del Barça. Ousmane se ha lanzado al suelo para recuperar el balón, ha levantado la cabeza y ha dado un caramelo a Lewandowski. El francés ha encontrado en el polaco un futbolista que potencia sus virtudes y disimula sus defectos. Dembélé también ha mezclado bien con Sergi Roberto, que ha jugado más por dentro con Ousmane enganchado a la banda derecha. 

La afición ha disfrutado del juego eléctrico del francés, un enigma para los rivales, que no saben si saldrá por la derecha o por la izquierda y menos aún si tendrá un último recorte en la chistera. Ni siquiera el día de las rotaciones, Xavi ha renunciado al francés. Dembélé ha sido sustituido en la segunda parte con el público a sus pies.

Antes del verano parecía tener un pie fuera del Barça, la opinión pública en contra y nadie sabía lo que pensaba. Ahora todo son elogios, se le escucha fuera del campo y está cerca del jugador que todo el mundo imaginaba. Dembélé sigue estando en boca de todo el mundo. Con él siempre fue así.