CONTRACRÓNICA: Leo Messi: Aún más rey del viejo continente

Messi nos volvió a enamorar con este golazo

Messi nos volvió a enamorar con este golazo / MEDIAPRO

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Cuando el Barça está atascado. Cuando el equipo está sin ideas. Cuando el rival aprieta y merodea el gol. En cualquier contexto adverso, durante las situaciones más peliagudas, ahí está él. ‘The Answer’, como se conocía a Allen Iverson en la NBA. Messi necesita medio balón en condiciones para desatascar las cañerías. Tras el tanto de Lenglet cuando peor lo estaba pasando el equipo, Leo se sumó a ese arréon repentino con una acción marca de la casa llena de habilidad, garra, precisión y esa fortuna reservada a los mejores. La definición al palo largo de Ospina es genial. Con el 2-0 el Nápoles definitivamente dio un paso atrás, deprimido después de ver cómo su fulgurante arranque no solo no se había traducido en una ventaja en el marcador, sino que encima le habían caído dos ‘chicharros’ prácticamente de la nada. 

EL ENÉSIMO RÉCORD

Un gol, ese 2-0, que no solo significaba tranquilidad y el 31º de la temporada para Leo, sino que además le servía para romper un récord (si, todavía le queda algún registro por batir por muy imposible que parezca). Cristiano Ronaldo y él estaban empatados en lo más alto de la tabla de jugadores que han marcado a más equipos en la Liga de Campeones (34). Resulta que el ‘10’ no había anotado todavía ningún gol al Nápoles, por lo que ese 2-0 le coloca con 35 como líder de ese ránking. No es definitivo, obviamente, por que el ‘Bicho’ aún tiene cosas por decir en esta competición, pero por si liderara pocas ahí va otra lista para la colección del de Rosario.

Un Messi que, por cierto, dio el susto en la acción que propició el penalti del 3-0. Koulibaly, en un acto de torpeza, quiso despejar pero Leo ya le había ganado la posición y lo que hizo fue patearle el pie. Estuvo tendido sobre el césped un buen rato el azulgrana y hasta el término de la primera mitad se le vio renqueante. El alivio para la parroquia barcelonista llegó tras comprobar que el atacante salió al verde al comienzo de la segunda mitad, señal de que no era nada grave la dolencia. En Lisboa la dependencia del equipo respecto a Leo Messi será más acentuada que nunca visto lo que le está costando al Barça hilvanar acciones de peligro.