FC BARCELONA

La conjura del vestuario del Barça

El reto es dar un golpe definitivo al campeonato en Anoeta, la salida más difícil que le queda en la Liga, y reforzarse moralmente para el Calderón

Javier Miguel

En el vestuario del FC Barcelona circula en los últimos días una consigna que está ganando enteros a medida que avanza la semana: “Venciendo en Anoeta, la Liga está ganada”. La sensación que se respira dentro del grupo es que el partido ante la Real Sociedad es el más complicado que les resta para acabar el campeonato. 

Así pues, si salen airosos de este choque, el camino hacia el título estaría totalmente despejado, teniendo en cuenta además que les respalda un colchón cómodo de seis puntos respecto al Atlético y siete frente al Real Madrid. La plantilla ya ha empezado a sacar la calculadora y hacer cuentas, teniendo claro que tras el partido en San Sebastián restarían seis jornadas, es decir 18 puntos por disputar, de las que tres se jugarían en el Camp Nou, con rivales teóricamente asequibles –Valencia, Sporting y Espanyol–­­ mientras que las tres salidas que le restarían entran dentro de las confortables –Betis, Coruña y Granada–. Eso quiere decir que si se gana mañana a la Real Sociedad, el Barcelona solo tendría que ganar sus tres partidos en casa y hasta permitirse el lujo de empatar los tres de fuera para llevarse el titulo. Una situación sin duda reconfortante para soñar con el campeonato.

Pero hay más motivos, que los meramente matemáticos, para darle trascendencia al partido contra la Real Sociedad. Y es que una victoria en Anoeta, aparte de hacer desaparecer viejos fantasmas, sería un golpe en la mesa definitivo para el resto de rivales que aspiran al título.

Tanto el Atlético como el Real Madrid bajarían definitivamente los brazos, conscientes que esta Liga ya no se le escapa al Barça. Así pues, estaríamos hablando de un claro mazazo psicológico para los perseguidores, que se aferrarían a las matemáticas como tópico para responder a las preguntas, pero asumiendo totalmente puertas adentro que  el campeonato se ha perdido definitivamente.

FACTOR MORAL

 También sería un triunfo para reforzar anímicamente al grupo tras la enorme decepción que supuso la derrota en el Camp Nou ante el Real Madrid en la última jornada. Recuperar la dinámica ganadora en la Liga sería matar dos pájaros de un tiro: dar un salto casi definitivo hacia el título y encarar aún más convencidos si cabe el partido a día de hoy más importante de la temporada, la vuelta de cuartos de la Champions en el Calderón ante el Atlético de Madrid, donde el Barcelona sale con una ventaja de 2-1 en el marcador.

Pero aún hay otro factor más a tener muy en cuenta de la necesidad de arrancar los tres puntos en Anoeta. El cuerpo técnico está haciendo auténtico encaje de bolillos para intentar no ‘machacar’ las piernas de los jugadores en este tramo final de la temporada –hay que tener en cuenta que el equipo blaugrana es el que ha jugado más partidos esta temporada con un total de 53 y eso sin agregar los compromisos con las selecciones-, por lo que las rotaciones han de entrar definitivamente a escena y aún más pensando en un teórico cruce de semifinales de la Champions. 

Rotaciones

En los dos últimos encuentros, los técnicos han empezado a constatar que hay algún jugador que empieza a dar claros síntomas de desgaste y que necesita urgentemente un respiro para cargar pilas. De ahí que si el Barcelona gana los tres próximos partidos de Liga –Real Sociedad, Valencia y Coruña- podría tirar de rotaciones de cara al partido ante el Sporting en el Camp Nou, sobre todo porque si elimina al Atlético, el siguiente partido tras jugar contra los hombres de Abelardo sería ya la ida de las semifinales de Champions.

Poder dejar tres o cuatro piezas importantes del equipo, léase Sergio Busquets, Iniesta, Rakitic o Piqué, con una semana por delante de recuperación sería el mejor panorama posible para afrontar con garantías unas supuestas semifinales.

Así pues, el partido contra la Real Sociedad de mañana tiene más enjundia de lo que la gente se piensa, independientemente del colchón de puntos que atesora el Barcelona respecto a sus perseguidores. Ganar sería un impulso definitivo en la Liga, dejaría a los perseguidores tocados si no ya directamente hundidos, abriría la confianza de par en par de cara a la vuelta de la Champions ante el Atlético y permirtiría empezar a planificar la opción de recurrir a las rotaciones para poder afrontar las semifinales con más frescura e intensidad.