Un Barça entre sombras

Al Barça no le bastó un Messi contra el mundo para superar al Atlético

El equipo volvió a ser incapaz de superar a un rival grande en un partido clave

La excepción que confirma la regla: Messi falló en el último minuto un disparo de falta

Dídac Peyret

Dídac Peyret

“No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie”, decía Eduardo Galeano. Y cuesta creerse los partidos sin público y jugados a sol y sombra. Incluso cuando pueden valer una Liga como este Barça-Atlético

Cuesta hacerse a nuevas costumbres como este fútbol jugado a la hora de la siesta. Las pasiones bajan de revoluciones cuando se está haciendo la digestión. Las cosas más excitantes acostumbran a pasar por la noche y con el fútbol ocurre algo parecido. 

Jugaron dos de los grandes de LaLiga, pero el partido tardó en despegar, como si fuera un pulso por incomodar al rival. El espectáculo estuvo cerrado con llave durante muchos minutos. Con la tensión de los partidos que definen temporadas. Jugado con un obstinado sentido de la responsabilidad. Con más orden que aventura. Y ahí se impuso el Atlético, superior en ocasiones, con más agresividad y cuchillo.

Se jugó a lo que quería Simeone y se volvió a hacer pequeño el Barça ante un grande. No ayudó la conmoción de Busquets, que tras un choque con Savic, se quedó aturdido y tuvo que ser sustituido. Sin él, el Barça aún se quedó más perdido, incapaz de plantear dudas a un Atlético comodísimo.

Al Barça le faltaba cambio de ritmo y pasión. El equipo en lugar de presionar vigilaba al Atlético. Sin la energía necesaria para este tipo de partidos y algo bloqueado con la importancia del partido. El Barça se jugaba LaLiga con un centro del campo que no llegaba a los 20 años de promedio. Enfrente, un equipo de hormigón y un grupo experto con un plan bien diseñado por Simeone. Un Atlético firme y cómodo que solo Messi, con aventuras en solitario, lograba sacudir.

La temporada del Barça está siendo una auténtica montaña rusa. Un relato volátil de un equipo capaz de lo mejor y lo peor. Imprevisible y algo cruel para el barcelonismo, que ha recibido un puñal en la espalda cada vez que el equipo le ha dado motivos para venirse arriba.

El día que el Barça tenía que ir a por LaLiga terminó sometido por el Atlético. El conjunto de Koeman apenas se reveló, incapaz de activarse, y el partido se fue apagando, completamente tieso. El Barça solo estuvo cerca del gol a partir de Messi. El Atlético controló todo lo controlable y no se movió el 0-0.

El Barça terminó el partido con cara de circunstancias, consciente de que LaLiga vuelve al terreno de lo improbable. La cara de Ousmane, que tuvo la penúltima pero remató torcido, fue la del Barça.

El partido terminó siendo un Messi contra el mundo y no le bastó al Barça. Faltan solo tres jornadas y el desenlace es particularmente inquietante porque LaLiga está en manos del Madrid. Ni Barça ni Atlético dependen ya de sí mismos