El Barça saca el manual que lo hizo campeón en El Sadar

Tres puntos peleadísimos los que se acaba de llevar el FC Barcelona en un territorio siempre hostil como Pamplona. En El Sadar, donde renace cada fin de semana el fútbol de antes. El de la gente de pie, la presión asfixiante, las celebraciones en cada córner. 1-2 para un cuadro de Xavi que empezó bien, pero que no fue capaz de gobernar el choque en muchas fases.

Había algo de temor después de las históricas lluvias caídas el día antes (146 litros por metro cuadrado en concreto en una Pamplona que quedó anegada), pero lo cierto es que el drenaje ha sido brutal. Algo blando el césped del Sadar, pero más que correcto para el partido de la jornada. Ambientazo. Como siempre en el feudo navarro, vaya.

Apostaba Xavi por repetir el once de la última semana con la única variación de Balde, ya recuperado de esas molestias en el tobillo, por Marcos. Lamine repetía por tercera vez seguida como titular. Y en esta ocasión con Raphinha ya apto para jugar. Significativo.

Empezaba con un ritmo frenético el cuadro barcelonista. Transición vertiginosa comandada con De Jong, que buscaba a la espalda de la defensa a Gündogan con un pase milimétrico y remataba luego al palo la dejada del germano. Lewandowski no se esperaba el rechace y lo mandaba fuera totalmente solo.

PARECÍA QUE EL BARÇA IBA A ARROLLAR...PERO NO

Podía parecer que el Barça iba a arrollar, pero lo cierto que tras otra ocasión marrada (Gündogan tras caerle un rebote muerto en el área) era Osasuna quien tomaba el mando. En el 22’, un ex del filial barcelonista como José Arnaiz hacía lucirse a Ter Stegen con un tiro escorado. No lograba coger las riendas del choque el cuadro de Xavi, espeso e impreciso. Incluso Oriol Romeu, un seguro estas primeras jornadas, estaba algo tosco y cometiendo faltas innecesarias.

En el 32’, una clarísima. Internada por la derecha de Areso, pase atrás y Rubén García, en situación inmejorable, se topaba con un Ter Stegen espléndido. Aclamado continuamente por la numerosa parroquia azulgrana en la grada.

Avisaba Koundé, transformado en líder absoluto de la zaga sin Araujo, con un tiro lejano que repelía en dos tiempos Aitor. Y ya sobre la bocina del descanso, un centro arqueado y tenso magnífico de Gündogan lo remataba con un giro de cuello delicioso el propio futbolista galo para hacer el 0-1. Gol y a los vestuarios con un botín precioso. 

Empezaba la segunda mitad con una buena oportunidad para Lewandowski. Pase filtrado marca de la casa de Frenkie y el polaco, sin confianza, cruzaba demasiado. Continuaba el Barça lejos de gobernar el encuentro con un Osasuna que se lo creía y llegaba con efectivos, pero sin brillantez.

DEBUT DE CANCELO: MÁS DE MEDIA HORA TRAS UNA SESIÓN

Antes de la hora de partido, momento importante. Debut de Joao Cancelo. Tras apenas una sesión con el grupo y sin jugar un partido desde el 30 de julio. Para que nos hagamos una idea de la necesidad de su llegada. También entraba Ferran Antes que Raphinha.

Por cierto, antes de la sustitución, fea brecha de Gavi en la oreja por un choque con Rubén García que acababa con una grapa del Doctor Pruna. Gladiador el andaluz. Un Gavi, a todo esto, que se convertía en el más joven de la historia del Barça en alcanzar los 100 partidos.

OSASUNA NUNCA SE RINDE

Osasuna, espoleado por su gente, seguía insistiendo y martilleando. Y cuando cedes tanto terreno la cosa no suele terminar bien. En una de esas incursiones, el ‘Chimy’ Ávila, recién entrado al terreno de juego unos minutos antes, se paseaba (sin oposición) por la frontal y conectaba un zurdazo seco e inapelable para Ter Stegen. 1-1 y 15 minutos por delante en El Sadar.

En el 80’, el segundo debut de la noche. Joao Félix dentro y fuera Oriol Romeu. El luso entrando antes que Raphinha con un entrenamiento solo y sin jugar desde junio. Significativo también. Y a nada de ingresar el portugués, lío en El Sadar.

GÜNDOGAN, OTRA VEZ MÍSTER CATERING

Lewandowski (tras una sutil y exquisita asistencia de Gündogan) encaraba solo portería y Catena lo desequilibraba. Ortiz Arias señalaba penalti. La grada se venía abajo, lo avisaban del VAR y cuando todo parecía indicar que daría marcha atrás ratificaba la decisión. El propio polaco lo ejecutaba con ‘paradinha’ incluida. 1-2 en el 85’.

De ahí al final (con Íñigo Martínez en el campo, por cierto), Osasuna volcado, el equipo defendiendo bien y amarrando tres puntos vitales. Una solidez que, no olvidemos, fue la clave de la Liga del año pasado.