El Barça se deja la Liga en semanas limpias

El cuerpo técnico y la plantilla no han aprovechado las tres semanas de febrero sin compromisos los miércoles y han concedido dos empates

Los cuatro últimos puntos perdidos en Liga, en Montjuïc contra el Granada y el domingo en San Mamés, fueron tras semanas limpias para entrenar

El banquillo del Barça en San Mamés: Sergio Alegre, Xavi Hernández y Òscar Hernández

El banquillo del Barça en San Mamés: Sergio Alegre, Xavi Hernández y Òscar Hernández / Valentí Enrich

Joaquim Piera

Joaquim Piera

El Barça no está sabiendo aprovechar las bonanzas que aparecen en el calendario en una temporada de demasiados altibajos, lo que está provocando que los títulos queden cada vez más lejos. El barcelonismo se echa las manos a la cabeza, porque, llegados a principios de marzo, no hay una secuencia positiva. Y, cuando todo parece indicar que llega la hora de hacer un 'clic' y de encontrar el anhelado punto de inflexión... se vuelve a fallar.

La prematura eliminación en la Copa del Rey, con un 4-2 en San Mamés en los cuartos de final tras disputar la prórroga, tuvo una sola consecuencia, que, a priori, pareció positiva. Xavi y su cuerpo técnico dispondrían de tres semanas limpias en febrero. Podrían oxigenar al equipo y trabajar aspectos tácticos imposibles de hacerlo a lo largo del curso para conjuntos que están participando en todos los frentes.

Este era un tiempo precioso para un Barça que no ha encontrado los automatismos necesarios para ganar y jugar bien con regularidad.

Transcurrido este período, los resultados indican que los dos últimos tropiezos ligueros, que han impedido acercarse al Real Madrid, se han producido, paradójicamente, tras no tener citas intersemanales: el 3-3 contra el Granada, en Montjuïc, y el 0-0 de domingo, en Bilbao, donde además se lesionaron Pedri y De Jong.

Son cuatro puntos perdidos que han desesperado al barcelonismo, porque han evitado, en cada uno de los casos, encadenar nueve puntos consecutivos. 

Lo de este fin de semana es un golpe duro que afecta a la moral colectiva, teniendo en cuenta que el Barça saltó en San Mamés sabiendo que el Madrid solo había empatado en Mestalla y que el Girona había caído en Son Moix.