Amberes, la cuna de la selección... y de la furia

Zamora, Otero, Arrate, Samitier, Belauste, Eguiazábal, Pagaza, Sesúmaga, Patricio, Pichichi y Acedo: fueron los once jugadores que el 28 de agosto de 1920 se enfrentaron a Dinamarca en los Juegos Olímpicos de Amberes, un partido que pasaría a la historia del fútbol español, al ser el primero disputado por la selección española.

El Amberes afina antes de recibir al Barça

Tras el paréntesis obligado de la Primera Guerra Mundial, los Juegos Olímpicos volvieron a disputarse en 1920. Lo hicieron en Bélgica, concretamente en la ciudad de Amberes, donde el Barça cierra su fase de grupos de la Champions, ya que Bélgica había sido uno de los países más afectados por el conflicto bélico.

A los JJOO de Amberes se les bautizó como los Juegos de la Paz. A Amberes, ciudad muy afectada por la guerra, se la llamó la 'ciudad mártir'.

Conviene recordar que en esa época, en España no existía aún el campeonato de Liga (empezó en 1928) y tampoco una selección nacional. Tampoco existía el campeonato del mundo (Uruguay 1930 fue el primer Mundial), aunque el fútbol ya había sido olímpico en las ediciones de 1908 y 1912.

En España se disputaba desde 1903 el llamado campeonato de España, Copa de Su Majestad el Rey. El 21 de mayo de 1920, tres meses antes del inicio de los JJOO de Amberes, la RFEF decide crear por primera vez un combinado nacional. Con jugadores amateurs, porque el fútbol no era un deporte profesional en España.

Como es lógico, no existía seleccionador, por lo que la RFEF decide nombrar a tres entrenadores, encargados de elegir a los jugadores: Paco Bru como representante de Catalunya, Julián Ruete como delegado de la zona centro del país y José Ángel Berraondo como responsable del norte.

Los "probables" y los "posibles"

El 1 de junio de 1920 se hace pública la primera lista de convocados de la historia de la selección. Aparecen 25 jugadores, entre ellos, dos futbolistas cuyo nombre perdura hoy en día; el delantero Pichichi y el portero Zamora.

Sin embargo, el camino no sería fácil: se programaron varios partidos amistosos por el norte de España, pero algunos tuvieron que ser suspendidos por falta de jugadores (algunos no obtuvieron permiso en su trabajo) o por problemas organizativos.

Para compensar esas ausencias se llamaba a otros jugadores de la zona, por eso durante esas semanas de 1920 se habló en la prensa de jugadores "probables" y de jugadores "posibles": algunos futbolistas se enteraron de que estaban convocados para un partido leyendo el periódico de ese mismo día.

21 jugadores... y uno en tierra

Finalmente, fueron 21 futbolistas los elegidos para viajar a Amberes. Todos jugaban en equipos del norte de España. El reglamento permitía llevar a 22 futbolistas, pero Ramón Encinas, del Fortuna de Vigo, no tuvo el permiso en su puesto de trabajo y se quedó en tierra. La RFEF no tuvo tiempo de buscarle un sustituto.

Tampoco viajó a Amberes Paulino Alcántara, jugador del Barça nacido en Filipinas, gran goleador, que prefirió centrarse en sus estudios de Medicina.

La selección española viajó a Bélgica en tren: un día y medio de viaje desde la estación de Irún. Curiosamente, el primer partido no se jugaría en Amberes, sino en el estadio La Butte de Bruselas: el rival, Dinamarca, subcampeona olímpica en 1908 y 1912.

España jugó con camiseta roja y pantalón azul. Y con un detalle curioso: en lugar de escudo, lució un león amarillo, símbolo del Ducado de Brabante, ciudad a la que pertenece Amberes... y que había sido de dominio español siglos atrás.

El primer triunfo de la historia de la selección

Pese a que Dinamarca era un equipo con más experiencia, España logró la victoria en el primer partido de su historia. Se jugó el 28 de agosto de 1920: 1-0, con gol de Patricio Arabolaza y gran actuación bajo los palos de Zamora. Tan buena actuación que su suplente, Agustín Eizaguirre, decidió volver a España horas después del partido ante los daneses.

En el segundo partido -disputado al día siguiente- enfrentó a España con Bélgica, la selección anfitriona. Se jugó en el estadio Beerschot de Amberes, donde España pagaría en cansancio y las bajas. Perdió 3-1 ante Bélgica, lo que condenaba a la selección a pelear, como mucho, por el bronce (al menos en teoría).

"A mí el pelotón, Sabino"

El siguiente partido midió a España con Suecia: fue ese día, el 1 de septiembre de 1920, donde nació el mito de la 'furia española'. Fue un partido tenso y bronco, según las crónicas de la época. Suecia se adelantó en el marcador, pero España tiró de coraje para empatar.

Lo hizo tras unas palabras de Belauste (su nombre completo era José María Belausteguigoitia Landaluze): cuando su compañero Sabino se disponía a lanzar una falta, Belauste le gritó '¡Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo!'. Así fue: Belauste se impuso por alto a los defensas suecos y remató a gol. España ganaría 2-1 el día que forjó el mito de la furia.

El partido por el bronce se jugaría ante Italia. Fue otro partido muy tenso, violento por momentos, en el que España logró imponerse 2-0, pese a la expulsión de Zamora por dar un puñetazo a un rival. Su teórico suplente, Eizaguirre, ya no estaba en Amberes: tuvo que ser un jugador de campo, Silverio, quien ocupase su puesto bajo los palos hasta el final del partido.

Una noticia inesperada

Celebraban los españoles su victoria cuando les llegó la noticia: en la final (Bélgica-Checoslovaquia), el equipo checoslovaco se había retirado por discrepancias con el árbitro, por lo que había sido expulsado de la competición. Así que España pelearía ante Holanda por la medalla de plata.

El partido se jugó el 5 de septiembre de 1920 en el Estadio Olímpico de Amberes: dos goles de Sesúmaga y otro de Pichichi ponen por delante a España. Holanda marca en el tramo final, pero la medalla de plata fue para España.

En su primera participación internacional, la selección regresó con honores: con escala en París, llegó a Irún, donde fue recibida a lo grandes, antes de recalar en San Sebastián, donde se llevó a cabo una recepción con el rey Alfonso XIII.

Curiosamente, la selección no volvería a jugar un partido hasta el 7 de octubre de 1921, un amistoso en Bilbao frente a Bélgica. Pero los JJOO de Amberes fueron decisivos para que el fútbol diese un salto de calidad en España: en 1926 se promulgó el reglamento que regulaba el profesionalismo en el fútbol, y dos años más tarde, en 1928, arrancó la Liga.