Aleix Vidal ensanchó el campo y dio profundidad al equipo

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Aleix Vidal y Messi formaron una buena sociedad en la primera parte / sport

Toni Frieros

Toni Frieros

La titularidad de Aleix Vidal en el partido de Copa del Rey ante el RCD Espanyol no debería haber extrañado a nadie, porque el tarraconense ya disfrutó de ese privilegio ante el Murcia en el Camp Nou, frente al Celta en Balaídos y también la semana pasada en Cornellà-El Prat. Por lo tanto, Valverde tiene fe en este polivalente futbolista que fue fichado como recambio de Dani Alves, actuó como delantero centro ante el Celta y anoche se perfiló como extremo derecho nato.

Aleix, que solo ha sido titular en dos partidos de Liga, le dio amplitud al campo y, por consiguiente, al juego del equipo. Bien abierto en banda, vigilado por Aaron, también supo jugar hacia dentro para combinar con sus compañeros y ayudar en la recuperación.

Esa amplitud en su posicionamiento en el campo la demostró a los ocho minutos, cuando se internó por la banda derecha para recoger un pase profundo de Leo Messi y, al primer toque, sacarse de la chistera un centro con rosca, a media altura, que supo rematar con precisión Luis Suárez. Una asistencia de gol en una jugada donde Aleix actuó de puro extremo derecho y Suárez de nueve nato. Un gran tanto.

Hubo unas fases en ese primer periodo en el que el ex sevillista se fue más hacia dentro del campo para dejar espacios en su zona, bien para Messi bien para Sergi Roberto. Sin duda, más allá de su acierto en el uno contra uno, Aleix luchó por cada balón y gracias a ese trabajo provocó que la defensa españolista perdiera una pelota que, después, aprovechó Messi para hacer el segundo gol del Barça.

Vidal supo buscar y encontrar siempre al argentino y fue después de una pared entre ellos cuando el primero hizo un pase de la muerte hacia atrás para que Luis Suárez pudiera descargar su fusil. Antes de acabar la primera parte tuvo tiempo de disparar a puerta desde el borde del área para que el balón saliera a corner.

Menos activo estuvo en los quince minutos que jugó en el segundo tiempo. Provocó la tarjeta amarilla que vio Granero, si bien el descenso de intensidad en el fútbol azulgrana le impidió intervenir en más ocasiones. A los sesenta minutos fue sustituido por Paulinho y se marchó aplaudido por un público que supo valorar su buen partido.