Historia SPORT

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25 años del "Rafa, no me jodas"

El 29 de septiembre de 1996, en La Romareda, tuvo lugar un episodio que entró en la historia por una frase de Mejuto González a su asistente, Rafa Guerrero

El juez de línea vio una agresión de Aguado a Couto, cuando fue de Solana al central portugués del Barça

Rafa Guerrero y Mejuto González en un momento de la conversación que mantuvieron durante el Zaragoza-Barça del 29 de septiembre de 1996

Rafa Guerrero y Mejuto González en un momento de la conversación que mantuvieron durante el Zaragoza-Barça del 29 de septiembre de 1996 / Punto Pelota

David Salinas

David Salinas

El Zaragoza-Barça del 29 de septiembre de 1996 –hoy se cumplen 25 años– entró en la historia del fútbol español por la adaptación de una frase del árbitro Enrique Mejuto González a su asistente, Rafa Guerrero: “¡Rafa, no me jodas!”. Esa fue la reacción del colegiado tras la explicación del juez de línea, que vio una agresión de Xavi Aguado a Fernando Couto dentro del área y, en consecuencia, el castigo no admitía discusión: penalti y expulsión.

La acción empezó a gestarse en el minuto 67, cuando Figo lanzó una falta lateral y colgó el balón en el área del Zaragoza. El lanzamiento superó a Aguado y Couto, en pugna, y Juanmi se hizo con el esférico sin problema alguno. Sin embargo, cuando ambos jugadores cambiaron de dirección para seguir el juego, el central portugués del Barça se enganchó con el defensa del equipo aragonés (seguramente reaccionó tras notar algo en la jugada anterior) y se fue al suelo después de un manotazo de Solana, por detrás, en la cabeza.

Se paró el juego. Mejuto fue a consultar a Rafa Guerrero y se inició un diálogo que se coló en el audio gracias a los micrófonos de ambiente que Canal + había instalado a pie de campo para captar el sonido ambiente. Por televisión se pudo escuchar todo:

Rafa Guerrero: ¡Penalti y expulsión!

Mejuto González: Vaya, joder Rafa, me cago en mi madre… ¿Expulsión de quién?

Rafa Guerrero: Del número seis… pregunta. Ven Quique…

Mejuto González: ¡Fuera, fuera! –dirigiéndose a los jugadores que se acercaban a la banda.

Rafa Guerrero: Le da un golpe en la cabeza por detrás claramente a Couto. Claramente le da un golpe a la cabeza por detrás con la mano.

Mejuto Guerrero: ¿Qué número?

Rafa Guerrero: El número seis (Aguado).

La conversación entre ambos siguió y Mejuto González fue y volvió en tres ocasiones para seguir consultando con Rafa Guerrero, añadiendo presión y nervios al juez de línea y a los jugadores. Se recogieron algunas frases de los jugadores: “Si pita penalti, nos vamos. No puede ser penalti”, dijo Higuera. “Penalti no, ¿eh?; penalti no, ¿eh?”, dijo Belsué.

Penalti y expulsión

La sentencia fue penalti y expulsión. De nada sirvió que Solana, el jugador que agredió a Couto, asegurara al juez de línea que “He sido yo y no le he dado. Se me ha puesto delante”. La pena máxima la ejecutó Popescu en el 72, cinco minutos después de que Figo lanzara la falta… La situación estuvo cargada de nervios, incertidumbre e indignación. La Romareda era una olla a presión. El penalti se convirtió en el 3-3 y, Luis Enrique y Ronaldo, poco después dieron la victoria al Barça.

Las imágenes demuestran que hubo contacto de Couto con Aguado, que Solana impactó su mano en la parte posterior de la cabeza de Couto, que el nerviosismo de Guerrero iba ‘in crescendo’, que Mejuto, en el momento de la acción, estaba siguiendo la jugada y que el juez principal nunca acuñó la frase que se le atribuye, “Rafa, no me jodas”. Textualmente, como se escuchó por televisión, dijo: “Vaya, joder Rafa, me cago en mi madre… ¿expulsión de quién?”.

Guerrero, 17 años después, en el programa Punto Pelota, reconoció que llegó un momento en el que no sabía que le decía a Mejuto: “Ya no sabía qué número era, si la falta era del Zaragoza o del Barça”. Agregó que “me llegaron a golpear con una dentadura postiza”, que no pisó para que su propietario no se fuera a casa sin dientes.

La historia dio para un libro “¡Rafa, no me jodas!”, en el que su autor, Germán Pose, fue la voz en primera persona del protagonista, Rafa Guerrero. Se supo también que Guerrero redactó una carta en la que lo dejaba todo, pero que no hizo llegar a su destino… Se supo que Aguado, en una visita que hizo a León, contactó con Guerrero para comunicarle que le guardaba rencor alguno y también, porqué así lo confesó Guerrero, que cuando volvió a Zaragoza, tres o cuatro años después, lo pasó muy mal. “Lo pasé tan mal que no recuerdo el rival de ese día que tenía el Zaragoza, recuerdo que no podía salir a pasear ni a cenar con mis compañeros para evitar problemas. Estaba solo. Fueron años muy jodidos”.