El Barça de Grimau todavía no carbura

El conjunto azulgrana demostró ante el Madrid que todavía tiene mucho trabajo para ensamblar la nueva filosofía de Roger Grimau

Los blancos jugaron en ocasiones con dos marchas más y con mayor agresividad y concentración, algo que el Barça solo mostró en pequeñas dosis

Brizuela y Willy Hernangómez, la cara y la cruz del partido en Madrid

Brizuela y Willy Hernangómez, la cara y la cruz del partido en Madrid / EFE

Ramon Palomar

Ramon Palomar

A tenor de lo visto en el Clásico ante el Madrid que acabó con victoria blanca, a este Barça todavía le queda mucho camino por recorrer para ser un equipo compacto, seguro de sí mismo y fiable defensivamente. Y lo peor de todo es que ya no hay mucho tiempo para realizar ese ensamblaje de todas las piezas porque la competición aprieta, y de qué manera.

Con tres jornadas de Liga Endesa disputadas, el conjunto de Roger Grimau no encuentra los mecanismos necesarios e imprescindibles para atacar con cierto orden, y lo que es un poco más preocupante, la defensa no está al nivel que se espera.

El juego alegre y ofensivo que propone el nuevo técnico azulgrana pasa por trabajar bien en defensa, en el robo de balones y el buen trabajo bajo los tableros, pero lo cierto es que ninguna de las facetas están lo suficientemente asumidas y la realidad es que el grupo sufre mucho cuando llegan las dudas como sucedió en Madrid y también horas antes en Palencia donde ya se encendió la luz roja para acabar salvando el duelo.

Sin Tavares, tampoco

La ausencia de Eddy Tavares se antojaba como una esperanza para este Barça en el juego interior aunque la realidad es que un chaval de 16 años Ismail Diagné, llevó de cabeza en los primeros minutos a Vesely y luego la figura de Poirier se hizo demasiado grande para Willy Hernangómez y Nnaji, que acabó siendo el recurso del que echó mano Grimau ante la inoperancia del madrileño.

Satoransky debe asumir su liderazgo en la pista ya que ha de ser un referente del equipo

Satoransky debe asumir su liderazgo en la pista ya que ha de ser un referente del equipo / EFE

El caso de Willy empieza a ser un tanto preocupante. El pívot mejor pagado de Europa llegó al Barça para marcar diferencias en la zona, y hasta el momento, sigue igual de despistado que al principio, cuando se pudo justificar su desconexión del juego.

Y es que el pívot madrileño fue claramente superado por Tavares en la Supercopa, pero este domingo tenía la oportunidad de reivindicarse, y la realidad es que su aportación fue tan pobre que Grimau tuvo que sacarlo del partido. Ni tan siquiera aprovechó los tiros libres, los muchos que provoca y que a la suma son puntos importantes que se escapan.

Parker, también al ralentí

Tampoco estuvo mucho mejor a un Jabari Parker, que sí tuvo unos minutos de destello, aunque aún parece un tanto perdido e incapaz de encontrar los espacios ni interpretarlos. Hay que tener paciencia, igual que sucede con Willy, pero los días van pasando y esta misma semana arranca la Euroliga donde ya hay que llegar con el juego rodado. Y será que no, al menos, de momento.

La dirección del equipo tampoco está acabando por controlar los encuentros y su aportación resulta básica con tres jugadores de toda solvencia. Laprovittola sigue siendo el jugador más clarividente, aunque no lo puede hacer todo, mientras que Satoransky debe asumir finalmente su rol de jugador clave y aplicarlo en la pista.

La rabia que mostró ayer tras realizar un espectacular mate y que le llevó al vestuario por encararse con un árbitro, la debe exhibir en cada partido cuando el Barça no presenta la intensidad necesaria.Asumir ese papel de líder es básico cuando el equipo todavía no cuenta con la confianza suficiente ni hay jugadores que estén rindiendo como deben.

Kalinic es uno de los jugadores más regulares en este Barça de Grimau

Kalinic es uno de los jugadores más regulares en este Barça de Grimau / EFE

La nota positiva del grupo es la rápida adaptación de Darío Brizuela, que tiene claro su papel cuando pisa la pista, mientras que Joel Parra debe aportar mucho más si cuenta con los minutos de juego, claro.

Roger Grimau tiene que seguir trabajando a destajo para que el equipo gane automatismos. Lafición es paciente, incluso condescendiente, porque entiende que no se puede formar un grupo en apenas unas semanas.

Pero en el Barça, la exigencia por ganar no entiende de tiempos ni formas. Y en la Euroliga, hay que empezar sumando para que el proceso de madurez del grupo crezca sin la presión añadida del resultado.