¿Qué elementos debemos revisar antes de comprar un coche usado?

La venta de coches de segunda mano es una medida muy utilizada como alternativa económica a la compra de un vehículo nuevo. En España, esta práctica mueve tanto dinero como el mercado de coches nuevos. Respecto a 2015, la venta de vehículos usados creció un 17,3% el pasado año. Pese a que es una buena manera de conseguir un modo de transporte sin rascarse el bolsillo en exceso, comprar coches de segunda mano conlleva varios riesgos. Además, las operaciones llevadas a cabo por particulares doblan el peligro por la falta de garantías.

Endado.com, portal web de venta de recambios para coches, ha dado a conocer una lista de los ocho elementos que deben ser examinados antes de lanzarse a la compra de un vehículo usado para prevenir tanto accidentes como futuras averías.

El arranque:

Es de vital importancia asegurarse que el coche arranca bien tanto en frío como en caliente. En los motores diésel, fallos en el arranque en frío puede provocar fallos en la inyección del motor, lo que supondría una reparación que podría ascender hasta los 1.000 euros. Si hubiera problemas en caliente, Los sensores de cigüeñal o del árbol de levas podría no estar funcionando correctamente.

La dirección:

El buen funcionamiento del sistema de dirección es crucial para conducir de forma segura y evitar accidentes. Para no comprar un coche con problemas en dicho sistema se debe comprobar que el volante haga todo su recorrido sin presentar ruidos anómalos y sin ofrecer una resistencia inusual. Se debe vigilar también el estado fluido hidráulico de la dirección.

La suspensión:

La suspensión es uno de los sistemas más importantes cuando el vehículo está en marcha. Para comprobar su buen estado se debe vigilar el desgaste de los pneumáticos y mirar que sea igual por ambos lados. Además, se recomienda, si hay posibilidad, hacer una prueba en marcha haciendo cambios de dirección y pasarndo por baches para comprobar que no hagan ruidos extraños.

Frenado:

En cuanto al frenado, se debe mirar si en el momento de arrancar los testigos del ABS y ESP -en caso de que el coche tenga estos sistemas- se enciendan y se apaguen. En caso afirmativo indicará que no hay problemas y evitar tener que pagar hasta 3.000 euros por averías relacionadas con el ABS. Además se recomienda probar el coche y vigilar si el pedal vibra en el momento de frenado, que podría indicar que algún disco de freno estuviera doblado.

Neumáticos:

Los neumáticos son importantísimos y se debe comprobar su estado continuamente, tanto en el coche propio como en el que se pretende comprar de segunda mano. En caso de la compra de un vehículo usado se debe comprobar si el desgaste es regular. En caso contrario podría indicar, además de la necesidad de cambiarlo, problemas en la suspensión.

Transmisión:

Para comprobar el estado de la transmisión basta con probar el vehículo y notar si al pisar el pedal no existen ruidos extraños y si es posible hacer todo su recorrido. Además, las marchas deben cambiar bien y sin rascar tanto en frío como en caliente. Por último, si se acelera y se toma una curva y se siente una vibración muy fuerte querrá decir que la transmisión no está en buen estado.

Escape:

Mirando el color del humo que sale por el tubo de escape indicará posibles problemas que le puedan ocurrir. Un humo azul indicará problemas con el consumo de aceite y podrá significar desgaste de motor, lo que supone una avería muy costosa. Si sale humo blanco querrá decir que falta carburante o que hay condensación en el escape. Por último, si expulsa humo negro indicará que se consume demasiado combustible.

Faros:

Para comprobar el buen funcionamiento de los faros solo hay que encenderlos y mirar que todos funcionen. En caso negativo habrá que cambiar las bombillas y revisar que no se deba a un fallo de la centralita de luces. Si la intensidad es intermitente, se tendrá que comprobar el alternador.

En caso de que se pretenda comprar un coche de segunda mano, sobretodo a particulares, hay que vigilar que todos estos sistemas funcionen a la perfección para evitar que el intento de ahorrar pagando menos por un vehículo se vea lastrado con futuras averías que, en ocasiones, tienen costes desproporcionados.