5 jugadores a los que un psicólogo les cambió la vida

Los psicólogos deportivos son, cada vez más, una figura indispensable dentro de la vida del futbolista: repasamos cinco jugadores a los que les cambiaron su existencia.

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1. Bojan Krkic

Uno de los casos más recordados de ansiedad en el deporte profesional. Bojan se convirtió a una edad muy temprana en uno de los jugadores más prometedores de la cantera del Barcelona y con 17 años empezó a jugar con regularidad con el primer equipo. Había muchas expectativas sobre él ya que era uno de los máximos goleadores históricos de las categorías inferiores y no tardó en adaptarse al fútbol profesional.

Sin embargo, el tener que elegir entre jugar para Serbia y España, el verse al mismo nivel que sus ídolos y la presión del día a día, le derribaron. Decidió no acudir a la Eurocopa de 2008 por un trastorno de ansiedad, aunque se contó que padecía gastroenteritis, y tras cuatro años cerró su etapa en el Barcelona.

Gracias al apoyo que recibió, Bojan consiguió dejar sus problemas atrás, hablar con claridad y tranquilidad sobre ello y labrarse una buena carrera futbolística.

2. Sergi Canós:

"Yo no creía en estas cosas, yo no creía en necesitar un psicólogo. Yo pensaba que eso era cosa de locos. Pero me he dado cuenta de que estas cosas son importantes para todo el mundo... La mente la tenemos que entrenar, y no se entrena". Son las palabras de Sergi Canós en un documental en DAZN en el que relata los problemas que tuvo que superar.

El ahora jugador del Brentford, canterano del Barcelona, pasó una época dura cuando estuvo varios meses fuera por una grave lesión y necesitó de la ayuda de un psicólogo para mantener la salud mental. "El psicólogo me ha ayudado muchísimo. Me ha dado mucha fuerza, me ha dado otros puntos de vista, cómo encarar mis problemas. Y gracias a él, estoy como estoy hoy".

3. Gianluigi Buffon:

Buffon tiene una carrera amplísima en la que se suelen recordar tanto sus mejores momentos dentro del campo como sus peores, pero lo que no se supo durante mucho tiempo es que en 2004 tuvo episodios de depresión y ataques de pánico que podían haber echado por tierra todo.

El arquero italiano reconoció que, por entonces, cuando jugaba en la Juventus de Turín, un día no se vio capaz de salir a jugar un partido. Le dijo al entrenador de porteros que no podía. Le había dado un ataque de pánico y el mundo se le caía encima. Gracias a la ayuda de una psicóloga, Buffon consiguió dejar estos problemas atrás y convertirse en uno de los mejores porteros del mundo. Campeón del Mundial en 2006, infinidad de títulos en Italia y un reciente paso también exitoso por el PSG le avalan.

4. Andrés Iniesta:

El futbolista que le dio el primer Mundial de su historia a España estaba sumido en una depresión apenas un mes y medio antes de que comenzara el torneo en Sudáfrica. Iniesta tuvo unos meses muy malos entre su famoso gol al Chelsea en Stamford Bridge y el Mundial de 2010 porque se forzó a jugar la final de Roma que le ganaron al Manchester United. Llegó tocado, forzó y en un entrenamiento a mes y medio para el Mundial recayó del problema.

"Luché mucho para jugar la final de la Champions en Roma pese a estar lesionado, porque tenía un mal sabor de boca con la anterior final, porque no había sido titular. Jugué lesionado y el peaje que pagué después fue muy duro", dijo un Iniesta que además tuvo que lidiar también con la muerte de Dani Jarque, su amigo.

Cuando se despidió del Barcelona, Iniesta cuenta que aquel día había tres personas junto a él: Inma, su psicóloga, y Bruguera y Navarro, dos psiquiatras. "Sin ellos no hubiera podido superarlo. Un día estaba en casa con mis padres y mi mujer, que por entonces era mi novia, y les dije que necesitaba a alguien. O hacía algo o no sé a dónde iba a ir a parar".

5. Adriano:

El emperador se apagó demasiado pronto. Apenas recordamos de él unos cuantos años buenos. Pero qué años. El delantero brasileño, una leyenda del PES 6, ha admitido varias veces en su vida que sufrió una grave depresión en su etapa en el Inter de Milán, causada, en parte, por su adicción al alcohol.

"En Italia tuve un problema serio. Bebía de todo. En la etapa en el Inter estaba fuera de peso, hinchado y con poca autoestima. Fue una etapa en la que se juntó todo, desde la muerte de mi padre hasta una profunda depresión", aseguró el delantero, que recibió la ayuda de un psicólogo para tratar sus problemas mentales. Nunca volvió a ser el mismo que en el Inter, pero al menos ahora Adriano es feliz.