¿Sauna después de entrenar? Esto es lo que dicen los expertos

Una sesión de sauna después del ejercicio físico es una magnífica opción

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Las mejores saunas portátiles para potenciar tu bienestar sin salir de casa

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Hay múltiples estrategias para recuperarse después de un entrenamiento intenso, como el estiramiento, los rodillos de espuma y los movimientos de recuperación activa. Una opción menos convencional pero beneficiosa es la sauna de vapor. Numerosos entrenadores respaldan su uso, ya que el calor favorece la entrega de nutrientes y oxígeno a los músculos, ayudándoles a relajarse y recuperarse. Esto contribuye a reducir el dolor muscular, brindando la oportunidad de relajarse después de una sesión intensa.

La exposición al calor, ya sea en saunas, jacuzzis u otras formas similares, puede mejorar las respuestas normales al entrenamiento. Lance Dalleck, experto en ciencias del ejercicio, destaca que adaptarse al calor ofrece diversos beneficios. Las saunas, arraigadas en la cultura escandinava, varían en tipos y se pueden instalar en casa con opciones que se adaptan a diferentes presupuestos. No obstante, se advierte sobre el riesgo de sobrecalentamiento y deshidratación si se excede el tiempo recomendado de uso.

Investigaciones sugieren que la exposición al calor después del ejercicio, ya sea en sauna o jacuzzi, puede potenciar los beneficios del entrenamiento. La adaptación al calor podría aumentar el volumen plasmático, mejorando la capacidad cardiorrespiratoria. Además, la exposición al calor activa proteínas de choque térmico, ofreciendo ventajas como la mejora del volumen plasmático y la regulación de la glucosa, lo que podría reducir el riesgo de diabetes.

Una sauna.

Una sauna. / Shutterstock

BENEFICIOS TOTALES

Las saunas no solo benefician la salud física, sino que también pueden contribuir a objetivos mentales y emocionales. Pueden ayudar a preservar la masa muscular, proteger contra la inflamación y mejorar la resistencia cardiovascular. Aunque no sustituyen completamente a la actividad física, su uso junto con un plan de entrenamiento puede facilitar una recuperación más rápida. Además, la sauna proporciona un espacio tranquilo para desconectar y relajarse, siendo un medio para meditar y mejorar la salud mental.

Adicionalmente, el uso regular de saunas ha demostrado beneficios para la salud cerebral y mental, reduciendo el riesgo de trastornos mentales y demencia. Además, su aplicación en forma de compresa caliente ha mostrado ser efectiva para aliviar el dolor muscular, según estudios del 2019. En resumen, la sauna ofrece una variedad de beneficios que van más allá de la recuperación física, extendiéndose a la mejora del bienestar mental y emocional.

RIESGOS

Por contra, también hay algunos riesgos que tenemos que valorar antes de meternos en la sauna. La deshidratación es un problema recurrente ya que dentro sudamos mucho, por lo que se recomienda beber abundante agua antes de largas sesiones o incluso llevarse una pequeña botella dentro.

Tenemos que vigiliar de no marearnos o quedar aturdidos, un claro signo de atención de nuestro cuerpo para decirnos que debemos parar. No conviene permanecer más de 20 minutos seguidos, según afirman expertos. Además, ante un usuario que padezca una enfermedad, es imprescindible consultar al médico antes de entrar a la sauna.