Así fueron los emperadores romanos más crueles: ¿Con qué apodo se les conocía?

El Imperio Romano tuvo sus luces y sus sombras

Los emperadores romanos más crueles

Los emperadores romanos más crueles

El Imperio Romano está considerado como la cuna de la civilización, pero algunos de sus gobernadores no fueron corteses precisamente. Y es que algunos de los hombres que tenían el mando del imperio eran más salvajes que cualquier bárbaro.

Conservar el poder nunca ha sido tarea sencilla y la historia nos ha demostrado que es necesario recurrir a tácticas poco éticas para seguir al mando. Te contamos tres de los emperadores más crueles del Imperio Romano.

Tiberio, el pedófilo

Gobernó del 14 al 37 d.C. Según los textos sagrados se encontraba al frente del imperio cuando Jesús fue crucificado. Era un hombre alto y fornido acomplejado por su calvicie, pero que consolidó el poder y la riqueza de Roma.

Suetonio, historiador romano, cuenta que, como estaba prohibido estrangular a las mujeres vírgenes, Tiberio ordenaba que las violaran primero. Además, habla de supuestas depravaciones sexuales como pedofilia o sadomasoquismo.

Suetonio escribe también acerca de una roca escarpada en Capri desde donde el emperador arrojaba al mar a sus víctimas después de torturarlas. Al parecer, era una persona bastante creativa a la hora de infligir dolor.

Nerón, el pirómano

Nerón es uno de los peores emperadores de la historia. Está retratado por la literatura y el cine como un loco asesino debido a su persecución implacable contra los cristianos.

Nerón, está acusado de ordenar innumerables asesinatos, entre ellos los de su propia madre, hermanastro y primera esposa. Además, se le acusa de ser el causante del gran incendio de Roma del 19 de julio del año 64, que duró 5 días. Se dice que, mientras la ciudad ardía, Nerón cantaba.

Heliogábalo, el prostituto

Ascendió al trono con tan solo catorce años y tuvo un reinado marcado por su controvertida vida sexual y sus polémicas decisiones en materia de religión, como la de reemplazar a Júpiter por el dios Sol.

Se casó con cinco mujeres, pero todos sabían de sus relaciones homosexuales. Cuentan que se pintaba los ojos, se colocaba pelucas y se depilaba antes de prostituirse.

Su conducta enfureció a su guardia pretoriana, que lo decapitó, lo arrastró desnudo por toda Roma y lo lanzó al río. Tenía tan solo dieciocho años.