Ganar y jugar bien en el club más difícil del mundo

Xavi, en rueda de prensa antes del partido ante el Eintracht

Xavi, en rueda de prensa antes del partido ante el Eintracht / Javi Ferrándiz

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Expulsado de la Champions en la fase de grupos, el Barça se agarra a la Europa League para conquistar un título continental. La segunda división europea sería un extraordinario premio de consolación para un equipo que hace poco más de tres meses estaba instalado en la derrota y el pesimismo. La Europa League no tiene ni el glamour ni el impacto mediático de la Champions. La pasión y la épica que vivimos con los partidos del Madrid y el Villarreal es inimitable. Pero el proyecto que está construyendo Xavi necesita apoyarse también en los éxitos. Y este trofeo sería un gran impulso.

Por eso la insistencia del técnico blaugrana en dar trascendencia a la competición. En la rueda de prensa previa al partido de vuelta de cuartos de final contra el Eintracht, el entrenador recalcó la importancia de la Europa League para su Barça: “Nos gustaría estar jugando la Champions. Nos da coraje ver los partidos desde casa. Pero nos hace mucha ilusión este título europeo. Es uno de los objetivos de la temporada”. 

Un objetivo que el Barça debe conquistar respetando siempre su estilo. Porque, como recordó ayer el técnico blaugrana, el Barça tiene la obligación de ganar y jugar bien. No vale solo con ganar 1-0 en el minuto 90. Hay que buscar la excelencia. Porque lo exige la historia. Y eso hace del Barça el club más complicado del mundo. Nada que ver con aquellos que se conforman con victorias a la heroica...

El Barça flaqueó en Frankfurt, pero logró un valioso empate. Y volvió a flaquear ante el Levante, aunque consiguió una agónica victoria. Hoy no puede seguir tentando a la suerte. Porque no es el Madrid, que gana partidos y supera eliminatorias sin jugar a nada. El Barça necesita desplegar su mejor fútbol para ser realmente competitivo. Y el bajón de la última semana, producto del lógico cansancio físico y mental, debe superarse esta noche para eliminar a un equipo alemán que en la ida jugó con más intensidad y más velocidad que los blaugranas.

El contraataque es una poderosísima arma que el Eintracht ejecuta con la máxima precisión. Un serio aviso que Xavi seguro que tendrá muy en cuenta a la hora de planificar el encuentro. El Barça, por supuesto, tiene que salir a ganar. Saldrá a ganar. Pero debe vigilar mucho los errores defensivos y, sobre todo, evitar las pérdidas de balón en el centro del campo. El objetivo es dominar sin dar opciones al letal contragolpe germano. Si se consigue, las semifinales están aseguradas.