Reunión crucial de la AMA, con Rusia y los Juegos como telón de fondo

Juegos Olímpicos de Invierno 2018

Aún no está garantizada la presencia de Rusia en los Juegos de Invierno / AFP

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) decidirá esta semana si permite que Rusia forme parte de los países de pleno derecho en la lucha contra el dopaje, un paso que aún parece lejano a falta de tres meses para que se inauguren oficialmente los Juegos Olímpicos de Invierno en la ciudad surcoreana de Pyeongchang. La presencia de los deportistas rusos aún no ha sido confirmada.

Este miércoles y jueves se reunirán en Seúl los más altos cargos de la AMA, considerada la 'policia' mundial contra el dopaje y donde se volverá a colocar a Rusia en el centro del debate, dos años después de las primeras acusaciones sobre un complejo sistema de dopaje que involucra a los propios engranajes del Estado, del Ministerio de Deportes y de los servicios secretos (FSB, ex KGB).

La AMA, que todavía aguarda el reconocimiento de Moscú de las conclusiones condenatorias del informe que encargó al abogado canadiense Richard McLaren, ha aumentado la presión sobre el Kremlin.. La Agencia confirmó el viernes que tiene una base de datos informática que contiene los detalles de los controles realizados entre los años 2012 y 2015 en el laboratorio de Moscú.

Estos elementos podrían arrojar un poco más de luz sobre lo que ocurrió en aquel laboratorio y reincidiría en uno de los puntos clave del informe McLaren, la"desaparición" de los controles que dieron resultado positivos, o cómo éstos fueron llevados al laboratorio del Ministerio ruso de Deportes, que los 'blanqueaba" antesde que fueran registrados oficialmente en los directorios de la AMA.

"Reconstruir la confianza"

El Departamento de Investigación de la AMA podría proporcionar más información al Comité Ejecutivo y la Junta de Fideicomisarios. Pero el presidente de la AMA, Craig Reedie, ya ha advertido a Moscú: "las autoridades rusas deben reconocer públicamente lo que sucedió, para que podamos reconstruir la confianza pública en su deporte".

En este contexto, la junta de fideicomisarios, que reúne al movimiento olímpico y a los gobiernos, debe validar el jueves a la agencia rusa antidopaje (RUSADA), que la AMA declaró "no conforme" en noviembre de 2015, cuando estalló el escándalo. 

El regreso al cumplimiento del Código Mundial Antidopaje está lejos de haber concluído satisfactoriamente. Es cierto que la nueva RUSADA cumple con ciertos criterios de independencia, uno de los requisitos impuestos por la AMA como parte de una hoja de ruta específica y también se le permitió llevar a cabo controles de dopaje nuevamente en junio, bajo la supervisión de expertos de la Agencia Británica Antidopaje (UKAD). 

Pero además del hecho de que Moscú todavía se niega a reconocer que el sistema de dopaje fue institucional, con órdenes provenientes de arriba, la AMA también está a la espera de poder acceder al laboratorio de Moscú y a sus muestras.

No son buenos augurios para Moscú, porque el Comité Olímpico Internacional (CIO), que aguarda los resultados del trabajo de dos comisiones internas, aún no ha dicho si Rusia podrá participar en los Juegos de Invierno de Pyeongchang el próximo mes de febrero.

A la espera de su decisión de diciembre, el CIO emitió las primeras sanciones en relación con los Juegos de Invierno de Sochi en 2014: seis deportistas rusosfueron suspendidos de por vida y cinco medallas retiradas de las 33 ganadas en las costas del Mar Negro

Las medallas olímpicas, símbolo de poder e influencia para el país que preside Vladimir Putin, no evitaron que Sochi se convirtiera en el epicentro de un monumental escándalo, con muestras de orina (consideradas inviolables) cuyos recipientes fueron abiertos y tratados a través de un sofisticado método diseñado por el FSB, según recoge el informe McLaren.

El escándalo privó a Rusia de estar representada en las pruebas de atletismo en los Juegos de Río (2016) y en el Campeonato Mundial de Atletismo de Londres (2017). Una exclusión en Pyeongchang sería "una humillación" y crearía "un montón de problemas al movimiento olímpico", advirtió el presidente ruso, Vladimir Putin.

Es probable que Moscú no haya terminado de pagar la factura por lo que hizo en el pasado.