Beitia: "Es el fruto a 26 años de trabajo con Ramón Torralbo"

Con un salto de 1,97 metros a la primera, Ruth Beitia se situó en lo más dorado de la historia del deporte español. A sus 37 años, la santanderina se ha convertido en la primera medallista de oro española en atletismo en los Juegos y en la campeona olímpica española de mayor edad.

Tras dar la vuelta de honor enfundada en la bandera española, Beitia atendió a los medios en la zona mixta del 'Engenhao' y aún no se podía creer lo que acababa de conseguir. "Este es el fruto del trabajo que he realizado los últimos 26 años con Ramón (Torralbo), mi entrenador y mi 50 por ciento. Esta medalla es tan mía como suya", explicó mientras mostraba el flamante oro que colgaba de su cuello.

Beitia explicó cómo vivió la última ronda de saltos, cuando ella falló su tercer intento sobre dos metros (estuvo a punto de franquear el listón) y aún tenían que saltar la búlgara Mirela Demireva, la croata Blanka Vlasic y la estadounidense Chaunte Lowe. "Primero falló Demireva y vi que era medalla, que se cumplía mi sueño. Después, falló Vlasic y fue un 'subidón', ya sabéis lo bien que me cae (es de las menos apreciadas por sus compañeras), era plata. Temía el salto de Chaunte, porque lo hace muy bien en los terceros intentos. Y cuando falló no sabía qué hacer. Una alegría enorme", prosiguió.

Había que preguntarle por su decisión de retirarse después de ser cuarta en los Juegos de Londres 2012 y su posterior marcha atrás que le ha permitido lograr los mejores resultados de su vida en este ciclo olímpico (bronce en el Mundial de Moscú'13, plata en el Mundial en pista cubierta de Portland'16 y bronce en el de Sopot'14, oro en los Europeos al aire libre de Zürich'14 y Amsterdam'16, y oro en el Europeo Indoor de Göteborg'13. "La vida me ha dado esta segunda oportunidad y la estoy disfrutando cada día. Cuando volví, lo hice sin piedras en la mochila y ahora cuando salgo a competir solo hago que disfrutar y sonreír", comentó con su habitual alegría vital.

Beitia también habló de futuro, aunque ahora tendrá que replanteárselo después de hacer realidad lo que siempre había deseado. "Lo que me ha movido siempre era esto que tengo aquí colgado, ganar una medalla olímpica, aunque me voy con la sensación de que puedo hacer una gran marca. Ahora tengo dos reuniones de la Diamond League y después ya veremos, porque aún no he planificado la temporada. Lo que si os digo es que con 41 en Tokio  no voy a estar"; explicó con una sonrisa.

El atletismo español estaba de enhorabuena. Volvía a vestirse de oro después de 24 años de sequía, desde que Fermín Cacho en 1.500 metros y Daniel Plaza en 20 kilómetros marcha, se coronaban en el verano de Barcelona. Y además de ser la primera campeona olímpica del atletismo español, había logrado la segunda medalla olímpica femenina de la historia tras el bronce de María Vasco en 20 km marcha.

"Ahora quiero celebrarlo con los míos. En la grada estaban personas muy importantes para mí, que nos han ayudado mucho aportando su granito de arena a este club, en el Torralbo’s Team. Estaba mi representante Julia García y mi psicóloga Toñi Martos. Es casa se ha quedado mi hermano Joaquín, que me ha ayudado muchísimo con los dolores de espalda, mi masajista Adolfo Hernández y otro Torralbo, Sergio, que es mi fisioterapeuta. He tenido también el apoyo de mis compañeros, los que aún estaban aquí, de la Federación y de Miquel Àngel Cos, que ha sido el fisio con el que he trabajado en estos Juegos y en las últimas grandes citas", explicó sin querer olvidar a nadie.

Amable y cariñosa, hubo abrazos y besos con la mayoría de los periodistas españoles que la esperaban en la zona mixta. "Muchísimas gracias a todos los que os habéis desplazado aquí y habéis relatado esta hazaña, gracias de verdad por dar publicidad y repercusión al atletismo", indicó la cántabra.