Diez años sin George Best

Pelé ha dicho de él que es el mejor futbolista que ha visto jamás en acción. Alex Ferguson simplemente le definió así: “Best fue único”. Tan célebre por sus regates por la banda como por su adicción al alcohol, las mujeres y la noche, hoy se cumplen diez años del fallecimiento de George Best, una de las figuras icónicas del fútbol británico de la segunda mitad de la década de los 1960 y autor de un sinfín de míticas frases que resumen una vida de desenfreno truncada por la noche y la bebida. “Gasté mucho dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto lo malgasté”, radiografió así su vida Best.

LOS ORÍGENES

Hijo de un trabajador de los astilleros de Belfast y de una alcohólica, Best pasó de puntillas por la escuela. El fútbol ya le ganaba a los libros mucho antes de que se convirtiera en un adolescente. La habilidad con el balón que adquirió en las calles de su ciudad dejó boquiabierto a un ojeador del Manchester United, que en cuanto le vio no dudó en avisar a Matt Busby, el primer entrenador del club de Old Trafford. “Creo que te he encontrado a un genio”, le escribió en un telegrama Bob Bishop, el descubridor de Best, que se encargaba de ‘peinar’ la zona del Ulster.

Con 16 años, el joven Best se sometió a una prueba de dos semanas con los red devils que superó sin más problemas que el regreso a casa al segundo día porque sentía añoranza de su entorno habitual. De vuelta a Manchester, en seguida se hizo con un puesto de titular y con Bobby Charlton y Denis Law formó una de las delanteras más recordadas por los aficionados del United.

Sus mejores días los vivió entre 1964 y 1969, época en la que ganó dos títulos de la Liga inglesa, en 1965 y 1967 –la última que consiguió el club mancuniano hasta 1993 ya con Ferguson en el banquillo– y la Copa de Europa que los red devils le ganaron en Wembley al Benfica de Eusebio. Fue el primer triunfo de un equipo inglés en esta competición.

EL QUINTO BEATLE  

Con su melena y sus aires de playboy, Best alcanzó una notable popularidad también fuera de los terrenos de juego. En pleno apogeo de los Beatles, el futbolista norirlandés fue considerado el quinto miembro de la banda de Liverpool. Recibía 10.000 cartas semanales, muchas de ellas de admiradoras con las que no dudaba concertar una cita. “No es cierto que me haya acostado con seis Miss Mundo. Solo fueron tres”.

Las mujeres fueron otra de las perdiciones del genial futbolista, cuya estrella se fue apagando a causa de los excesos. No era raro que se presentara a los entrenamientos con síntomas de embriaguez.

A causa de este estilo de vida, Best abandonó el Manchester United en 1979, con 27 años de edad y con la sensación de que pudo haber reinado entre el ocaso de Pelé y la eclosión de Cruyff. A partir de entonces se movió entre el fútbol británico y el estadounidense escondido en plantillas de perfil bajo, entre futbolistas a su servicio que le permitieron dejar los últimos destellos de su clase.