Eurocopa 2016

El escaparate de la Euro: Adam Nagy, la herencia magiar

El regreso de Hungría a una Eurocopa vino acompañado por el gran partido de una de sus grandes promesas: Adam Nagy

Nagy fue uno de los mejores del Austria-Hungría

Nagy fue uno de los mejores del Austria-Hungría / sport

Miki Soria

Hoy en día, la actual plantilla de Hungría dista mucho de aquella que maravilló al mundo entero en la década de los cincuenta: los mágicos magiares entre los que estaban Kocsis, Hidegkuti, Czibor o Puskas. Sin embargo, entre los 23 convocados por Bernd Storck hay algunos con un futuro prometedor.

Es el caso de Laszlo Kleinheisler (22), nombrado mejor jugador del Austria-Hungría en el que vencieron los magiares, y de Adam Nagy, que a sus 20 años demostró una madurez impropia para alguien de su edad.

El joven centrocampista del Ferencvaros ya brilló con su selección en el Europeo sub’19 de 2014 en el que los húngaros lograron meterse en el pasado Mundial sub’20 de Nueva Zelanda y ha ido creciendo como futbolista los últimos dos años, en los que ha pasado a ser un miembro importante en el campeón húngaro.

Dotado de gran calidad técnica –sus inicios en el fútbol sala ayudaron a ello-, pero también de una gran inteligencia sobre el terreno de juego, Nagy fue el acompañante perfecto para todos sus compañeros ante Austria. Se ofrecía una y otra vez para dar apoyos y ayudar a al despliegue ofensivo del equipo, ofreciendo líneas de pase y jugando el balón sin apenas fallos y con mucho sentido. No solo eso. Fue capaz de robar balones y dominar un área grande de terreno de juego ante todo un portento como David Alaba, que más allá de los primeros minutos pasó prácticamente desapercibido.

Antes de la Eurocopa se le relacionó con Chelsea, Liverpool y Friburgo, pero Nagy confesó ser feliz en su club actual y aseguró que no se movería únicamente por dinero. Quizá después de la Eurocopa las numerosas ofertas que recibirá le harán replantearse el futuro.