La charla que Messi y CR7 mantuvieron en alta mar

Es mentira que Cristiano Ronaldo y Leo Messi mantuviesen un pique inoportuno, desagradable, poco amistoso en aguas del Mediterráneo. No es verdad que a CR7 le molestase que el megayate de 7.000 euros a la semana de ‘La Pulga’ luciese más limpio y hasta pareciese más grande que el suyo. Nada es verdad. Es más, mantuvieron una conversación superguapa porque se saben tan superiores al resto del mundo que compartieron todo tipo de chascarrillos.

Dicen que lo primero que le preguntó Messi a CR7 fue cómo era posible que se elevase por encima de los defensas tantos metros. “Yo ni lo intento, me gusta más llevar el balón por el ‘pasto’, dañarles la cintura”. “Ya, sí -dicen que le replicó el portugués-, pero tú metes todo tipo de goles y, encima, disfrutas dándolos, regalándolos, celebrándolos. ¿Me puedes decir cómo es posible que le regales los penaltis a Suárez y/o a 

Neymar? Eso es una traición para mí, tío”.

Y, sí, también hablaron de títulos y galardones. Nunca, jamás, de cuentas corrientes, aunque Messi le soltó al oído, en pleno mar, entre brazada y brazada, cómo era posible que Hacienda no le hubiese investigado. “Ah, bueno, claro, eres del Real Madrid y seguro, seguro, que Florentino Pérez y todos esos invitados que tiene en el palco del Bernabéu te echan una mano. A mí, me la echan al cuello”.

Y, cómo no, hablaron de los Balones de Oro. “Pero ¿tú dónde los metes?”, le dijo Cristiano. “Porque yo, que ya voy por el cuarto, porque el de este año me lo darán a mí, ¿no?, ya no sé dónde meterlos”. “Bueno, yo me he hecho una vitrina especial, como una pecera, que es fácil de ampliar año a año”, le contestó Messi, que solo tenía una obsesión: “Y tú, ‘Cris’, ¿cómo lo has hecho para ganar un título, por fin, con tu selección, si tus colegas de Portugal son peores que los míos de Argentina?”. “Pues ya ves, tío, y ni siquiera tuve que jugar la final, la ganaron para mí”.

“Por cierto”, dicen que le dijo Messi ya desde la cubierta de su megayate, mientras ‘Cris’ se alejaba en la lancha Riva de su barco, “no hagas tantas bicicletas; eres demasiado bueno para hacer esas bobadas”.