Sergio Busquets forzó la tarjeta y no jugará en Las Palmas

A medida que avanza la temporada es lógico y normal que los jugadores vayan acumulando tarjetas amarillas. Y más cuando, como es el caso de Sergio Busquets, ocupas una posición en el centro del campo que en muchas ocasiones te obliga a hacer faltas "tácticas" para evitarle daños mayores a tu equipo.

El Barcelona afrontaba el partido en el campo del Sporting con tres jugadores importantes con cuatro tarjetas y sabiendo que una más les haría perder el próximo partido. Eran Mascherano, Neymar y el propio Busquets. El argentino se quedó de entrada en el banquillo, solo jugó los últimos minutos, mientras que el brasileño y el catalán sí que salieron en el equipo titular. Teniendo en cuenta que el próximo partido era en el campo de Las Palmas (no hay rival fácil ni se puede menospreciar a nadie, pero sobre el papel no es de los partidos más complicados que le quedan al equipo), era previsible que uno de los tres intentase provocar la tarjeta amarilla.

Y el que lo hizo fue Sergio Busquets. En el minuto 77, el colegiado le pitó una falta y el centrocampista la protestó de manera reiterada. Era la forma más fácil de ver la tarjeta amarilla sin hacerle daño a nadie. Y se la "ganó". 

Era la quinta tarjeta amarilla de la temporada. Anteriormente las había visto en los campos del Celta, Sevilla y Real Madrid y en casa ante el Levante.