Austria, 27 - España, 28

España sufre mucho para ganar a Austria

La selección española de balonmano logró la primera de las dos victorias que  necesita para acceder a las semifinales del Europeo, al imponerse por un  ajustado 27-28 a Austria

EFE

Sabedor de que la clasificación para semifinales pasaba irremediablemente por  vencer a los austríacos, el conjunto español no se permitió desde el principio  ninguna concesión ni en el juego, ni en la alineación, en la que formó desde el  inicio Julen Aginagalde. El pivote español, que debutaba en el torneo tras superar las molestias en el  abductor de la pierna izquierda, apenas tardó unos minutos en demostrar su  condición de mejor pivote ofensivo del mundo.

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Europeo de Dinamarca

27
28
Alineaciones
Austria
Marinovic; Weber (5, 1p), Ziura (-), Szilagyi (5), Schlinger (2), Santos (3) y Posch (-) -equipo inicial- Bauer (ps), Edelmuller (-), Hermann (5), Schmid (6), Bozovic (-), Woss (-), Wilczyinski (-), Wagesreiter (1) y Kolar (-)
España
Pérez de Vargas; Víctor Tomás (2), Maqueda (4), Gedeón Guardiola (1), Morros (1), Cañellas (7, 5p) y Ugalde (-) -equipo inicial- Sierra (ps), Gurbindo (1), Rocas (-), Raúl Entrerríos (-), Sarmiento (-), Aginagalde (8), Andreu (-), Antonio García (-) y Rivera (4)

Así lo evidenciaron los cuatro goles, sin fallo en el lanzamiento, que  Aginagalde sumaba ya a los trece minutos, más de la mitad de los logrados por el  equipo español, que gozaba de una renta de tres goles (4-7) en el marcador. Pero tan fácil lo vio España que se relajó, algo que no gustó para nada al  técnico Manolo Cadenas, que pidió con un urgencia un tiempo muerto, aunque ni el  receso, ni el cambio de jugadores evitó el desplome de su equipo. Una circunstancia que no desaprovechó Austria con parcial de 5-1 en los  siguientes tres minutos para dar la vuelta (9-8) al marcador y llevar la  incertidumbre al conjunto español.

Dudas que ni el excelente partido de Aginagalde eran capaces de resolver,  lastrada la selección española por una endeblez defensiva que permitía lanzar  con excesiva comodidad a unos jugadores austríacos cada vez más crecidos. Problemas defensivos que no tardaron en trasladarse al ataque, en el que  España ni tan siquiera lograba ya conectar con Aginagalde, desconcertada con lo  que ocurría sobre la pista y, sobre todo, en el marcador, que situaba a Austria  por delante (12-11) a tres minutos para el descanso. Un tiempo que sirvió, al menos, para que el conjunto español recuperara la  ventaja (12-14) en el tanteador, en espera de que el paso por los vestuarios le  permitiese recobrar el buen juego del que careció en el primer tiempo.

Los quince minutos de descanso no sirvieron para que España resolviese sus  problemas en defensa, faceta en la que siguió concediendo excesivos metros a los  lanzadores rivales, pese a que Austria apenas buscó a sus pivotes en la primera  mitad. Sólo las carencias de Austria permitían a la selección española estar por  delante en el marcador y, curiosamente con un hombre menos por la exclusión de  Víctor Tomás, llegó a alcanzar a los cuarenta minutos una máxima renta (16-20)  de cuatro goles. Diferencia que creció un poquito más (18-23) gracias a una exclusión del  lateral austríaco Roland Schlinger, aunque ni así logró despegar el equipo  español, empeñado en sufrir hasta el final ante un rival menor.

El padecimiento se tornó en un verdadero agobio en los últimos minutos de  juego, en los que España, pese a la nueva irrupción de Julen, muy desaprovechado  en la segunda parte, y a dos decisivas paradas de José Manuel Sierra no pudo  evitar llegar hasta el último segundo con el corazón en vilo.