BALONCESTO

El Barça se ha convertido en un trampolín hacia la NBA

Mario Hezonja, el último en cambiar Barcelona por la NBA, hizo ayer su debut con la camiseta de los Magic en un partido de la Summer League frente a los Clippers

Mario Hezonja, el último en dar el salto

Mario Hezonja, el último en dar el salto / sport

X. Martínez Olivar

El Barça se ha convertido en una especie de ‘cantera’ de la NBA en los últimos años. Es lo que tiene ser un club de primera línea europea. Evolucionando en él, sus jugadores atraen rápidamente el interés de las franquicias ‘pross’ y de ahí a que den el salto va un paso. Porque es evidente que no se puede competir con la ilusión de jugar en la mejor liga del mundo ni, sobre todo, con los contratos que en ella se mueven. Mario Hezonja es el ejemplo más reciente. Acaba de desembarcar en los Magic con apenas 20 años tras ser elegido en el quinto puesto del draft, la elección más alta de un jugador blaugrana desde que, en 2001, Pau Gasol fuera el número 3.

El de la NBA es un escenario ilusionante para los jugadores pero está constituyendo un quebradero de cabeza cada verano a la hora de planificar las plantillas. La temporada pasada fue paradigmática al respecto. Ya bien entrado el mes de julio, Kostas Papanikolaou -que tenía contrato en vigor- y Joey Dorsey decidieron dar por finalizada su etapa en el Barça tentados por los dólares USA. Y ambos salieron del club con destino a los Houston Rockets obligando al club a variar su planficación del nuevo proyecto sobre la marcha.

Diversos han sido los casos de jugadores Top, no todos bajo los mismos parámetros, pero sí con un final idéntico: cogiendo las maletas para probar fortuna al otro lado del Atlántico. El primer gran ‘bombazo’ fue el de Pau Gasol en el ejercicio 2000-01. Tras su eclosión como miembro de la primera plantilla blaugrana se fue del club tras hacer historia en el draft. Fue el inicio de una carrera que continúa a día de hoy, que le llevó desde Memphis a Los Ángeles y que ahora se desarrolla en Chicago.

El caso de su hermano Marc fue un tanto diferente. Tres años en el Barça sin protagonismo dieron paso en 2006 a una cesión por dos temporadas al ya desaparecido Akasvayu Girona donde eclosionó. En 2008 finalizaba su contrato y el Barça -donde había desembarcado Joan Creus en la secretaría técnica- intentó repescarle. Pero el mediano de la saga decidió liarse la manta a la cabeza para probar fortuna en la NBA con los Grizzlies en los que a día de hoy continúa, convertido en uno de los mejores pívots de la liga. Casos como, por ejemplo, el de Ersan Ilyasova son la muestra de que dos excelentes temporadas en el Barça sirven para recuperar el caché en la NBA ya que le permitieron volver a los Bucks con el estatus de jugador importante. O el de David Andersen quien, con un año de contrato más con el Barça, dio el salto a finales de julio de 2009 para irse a Houston y dejó al club compuesto y sin ‘cuatro’ titular.

Ricky Rubio, por su parte, se convirtió en 2009, sin duda, en el movimiento del año en la ACB. El Barça le fichó procedente del FIATC Joventut a cambio de 3.7 millones de euros, el traspaso más caro de la historia en nuestra liga. Ricky firmó por seis temporadas pero con cláusulas de salida a la NBA en cada una de ellas. Duró dos campañas en el Palau antes de marcharse a la NBA para enrolarse con estatus de estrella europea en los Minnesota Timberwolves.

Su ejemplo es la tónica que prima actualmente a la hora de fichar a jóvenes perlas nacionales o europeas: contratos largos, pero siempre con cláusulas de rescisión de salida para la Liga ‘pross’. Una dura realidad con la que tienen que convivir no sólo el Barça sino numerosos clubs europeos: tutelar el crecimiento de un jugador con talento para disfrutarlo poco tiempo porque la llamada de la NBA resulta irresistible. Tibor Pleiss, que ahora está probando con los Utah Jazz -que ya quisieron fichar a Tomic-, podría ser el siguiente. 

En todos los casos de viaje sin retorno que tenemos en la reciente historia blaugrana, una excepción: Juan Carlos Navarro. El capitán decidió probar suerte en la NBA en 2007, pero solo estuvo una temporada allí antes de hacer las maletas para retornar al Barça.