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Running en primavera

Primavera, florecillas, pantalones cortos, solecillo en el rostro, gramíneas…la cara como un mapa si padeces alergia. Entrenar en esta época del año puede llegar a ser un auténtico reto para aquellos corredores que tengan un sistema inmunológico hostil frente a los alérgenos. Digamos que puedes pasar de encontrarte más fuerte que vinagre a sentirte como una bolsa llena de materia fecal en cuestión de días, sin importar el entrenamiento o un supuesto correcto descanso.

Un buen amigo y compañero de entrenamiento sufría las consecuencias de su alergia hasta el punto de tener que dar por terminada la temporada de verano al no poder prepararla; una frustración absoluta para alguien que trataba de profesionalizarse en las artes del correr. El polen era su criptonita, porque además el remedio era casi peor que la enfermedad ya que los anithistamínicos le dejaban como un muñeco de trapo. Yo también sufría aunque de forma más leve, no me bajaba el rendimiento pero tenía edemas oculares cada vez que me impactaba cualquier insecto en un ojo; era bastante divertido ver cómo me quedaba la cara después de interactuar con algún mosquito.

Lo cierto es que no está todo perdido porque hay algunas cartas que podemos jugar para poder solventar, prevenir o al menos minimizar los efectos de esta bestia.

  1. Si tenemos mucho dinero podemos mudarnos a un sitio donde no haya alérgenos o a un país donde no sea primavera, aunque seguramente esta no sea la opción de la mayoría.
  1. Así que pasemos a la siguiente opción, que es la medicina; medicarse y/o vacunarse es una alternativa a tener en cuenta si existen limitaciones que nos impiden otras posibilidades. El problema de los antihistamínicos son los efectos secundarios, porque te quedas más flojo que un tornillo pasado, y para compensar no es cuestión de empezar a consumir cocaína; sin embargo la vacuna es una buena solución a medio/largo plazo. A mí me funcionó después de dos años y me hizo desaparecer el asma nocturna y los síntomas extremos, pero también hay que decir que no a todo el mundo le funciona, sin contar que pincharse una vez por semana durante muchos meses no es lo más ilusionante que pueda uno plantearse.
  1. No es un método de aplicación aislada, sino que puede combinarse con cualquier tratamiento que adoptemos para reforzar la efectividad del conjunto. Se trata de una serie de consejos que ayudarán a nuestro organismo de cara a la lucha contra la alergia:
  • Mucha hidratación. Nos ayudará a regular la inflamación de las mucosas, lo que se traduce en menor picor y molestias.
  • Cuidar el descanso. Máxime si consumes antihistamínicos, ya que producen somnolencia.
  • Selecciona el momento adecuado para entrenar. Identifica a qué alérgeno eres sensible y en qué margen horario está más presente para poder evitarlo. El frío, la sequedad y el viento son potenciadores de la presencia del polen, así que evitar esas circunstancias en tus entrenamientos te ayudará.
  • Selecciona el lugar correcto. Ligado en cierto modo al momento adecuado, un lugar poco recomendable puede ser un terreno muy transitado o con tráfico rodado, por la polución y las partículas en suspensión que son grandes amigos de la alergia. Chequea los niveles de contaminación y polen en tu zona.
  • Cuida tu alimentación. Ciertos alimentos producen reacciones alérgicas cruzadas en algunas personas. La leche es un ejemplo generalizado ya que aumenta la mucosidad y suele potenciar los síntomas de la alergia. Escucha a tu cuerpo e identifica qué alimentos juegan en tu contra.

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