Lo tenía todo. El poder absoluto en la Federación. Poder y éxito deportivo. Éxito con la selección masculina, con Luis de la Fuente, una apuesta suya para suplir al carismático Luis Enrique, había conquistado la Liga de las Naciones, el primer título desde la Eurocopa 2012. Éxito deportivo también con la selección femenina cuando España se coronó campeona del mundo por vez primera con Jorge Vilda, otra apuesta suya, en el banquillo.

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