Tenía otra cita exigente y de máxima tensión, pero la solventó, una vez más, con maestría y con templanza. Jules Koundé fue uno de los futbolistas más destacados en el pase a la final de la selección francesa. Intocable para Deschamps en el lateral diestro, frente a Marruecos dio otro ‘clínic’ de cómo defender y, además, de sumar en acciones puntuales en ataque. En la segunda mitad tuvo una aparición providencial para rebañar un balón que podría haber costado el empate magrebí.

Koundé, un doctorado donde menos le gusta (leer noticia)