El Girona volvió el martes de Vigo con un punto de mérito, pero con la sensación de que el tren de Europa se podía escapar. A la espera que se acabara la jornada, el equipo temía alejarse más allá de los dos puntos con los que la había empezado. Al final, resultó que el punto no fue nada malo. Al contrario. El empate en Balaídos permitió a los de Míchel recortar un punto respecto a la séptima posición y situarse a solo uno de diferencia, a falta de dos partidos para acabar la temporada.

Europa, en 180 minutos (leer noticia)