Como dirían en el siglo XV en tiempos de Isabel la Católica, “a buenas horas, mangas verdes”. El Nàstic mostró una de sus mejores versiones este pasado sábado ante el Mallorca y sumó un triunfo por 2-1 que hace un mes habría sido un golpe moral para seguir creyendo en la permanencia. Pero ahora ya es tarde. Con el equipo matemáticamente ya descendido, estos tres puntos poca utilidad tienen más allá de limpiar la imagen de un equipo que ha pagado cara su mala planificación deportiva y que entró en la competición demasiado tarde.

Un "orgullo" grana que llega con todo el pescado vendido (leer noticia)