El Leganés llegó al Camp Nou como el actor secundario que hace el papel de simpático durante las primeras escenas de una peli de miedo de las malas y al que nadie da más de veinte minutos de vida. Lo sabía el Camp Nou y lo sabía Cuéllar, que desde el primer minuto sirvió de puerta con lentitud, criticado desde la grada, buscando alargar todo lo posible un final cantado. Quienes visitan a Messi ya no marean el reloj para aguantar un resultado, sino con la ilusión de que el gol llegue cuanto más tarde mejor. Pero llegar, llega.

Messi escribe el guion en el Camp Nou (leer noticia)