El Galatasaray se convirtió en el mejor bálsamo para un Real Madrid que se había metido en el atolladero en la Champions League por culpa de su derrota ante el PSG y su posterior empate ante el Brujas. Dos victorias consecutivas ante el decepcionante equipo turco -salió a jugar al Santiago Bernabéu enarbolando la bandera blanca- y un héroe joven como el brasileño Rodrygo asumiendo todo el protagonismo devolvieron el optimismo a la parroquia madridista, que ya vislumbra los octavos de final.

Rodrygo fusila a un Galatasaray entregado (leer noticia)