Alcaraz, campeón del US Open 2022 y nuevo número uno del ranking ATP

Ganó la final del US Open a Casper Ruud por 6-4; 2-6; 7-6 y 6-3 en otra dura batalla ante el noruego

Con este triunfo, Cariltos se convierte en el tenista más joven de la historia en ser número uno

Carlos Alcaraz, eufórico tras ganar el US Open

Carlos Alcaraz, eufórico tras ganar el US Open / @carlosalcaraz

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Se intuía, se percibía, se esperaba, se deseaba, se adivinaba, se sospechaba, se presentía y quien más quien menos tenía la corazonada de que esto iba a suceder, pero de lo que se piensa en un sofá, ante un ordenador o en la playa mirando la tablet a conseguirlo en una pista de tenis media un abismo. Un abismo que ayer un chaval de Murcia superó con épica, sí, pero también con gran inteligencia, mentalidad de campeón, talento impropio de un chico de 19 años y 4 meses y un físico extraordinario. Carlos Alcaraz ganó el US Open tras imponerse a Casper Ruud por 6-4; 2-6; 7-6 y 6-3  y ya es el número uno del ranking ATP, o lo que es lo mismo: Hoy Carlos Alcaraz es el mejor tenista del planeta.

Pero aquí no acaban las proezas de este tenista que entrena otro número uno, Juan Carlos Ferrero, que sabrá explicarle perfectamente como lidiar con este éxito. Carlitos es el tenista más joven de la historia en llegar al número 1 del ranking. Lo ha conseguido con 19 años, 4 meses y seis días, un año y cuatro meses menos que su predecesor, el australiano Lleyton Hewitt quien lo logró con 20 años y 8 meses.

Esta precocidad es uno de los mejores datos para situar la dimensión de lo que acaba de conseguir este chico de El Palmar, que salió a la pista como número uno y no quiso perder esta hegemonía en un domingo de infausto recuerdo para los estadounidenses, pero a los que les dio una tarde de tenis maravilloso y de fuertes emociones.

Duras batallas

Alcaraz, que es el quinto tenista español en conseguir el triunfo en el US Open tras Manolo Santana (1965), Manolo Orantes (1975),  Arantxa Sánchez Vicario (1994) y Rafa Nadal (2010, 2013, 2017 y 2019), se plantaba a la final después de interminables batallas sobre la pista. Si bien las tres primeras rondas las solventó en tres sets frente a Sebastian Baez, Federico Coria y Jenson Brooksby, a partir de octavos de final las curvas fueron de lo más pronunciadas.

Alcaraz, eufórico en la final del US Open

Alcaraz, eufórico en la final del US Open / EFE

La épica se instaló en la pista Arthur Ashe en todos y cada uno de los partidos que disputó Carlitos. Fueron tres noches en vela para los españoles que no quisieron perderse el mejor tenis que puede verse hoy en día en el mundo con permiso de Novak Djokovic y Rafa Nadal.

El primero en poner en aprietos a Alcaraz fue el el croata Marin Cilic que le obligó a permanecer en la pista durante casi cuatro horas antes de levantar los brazos cuando el marcador reflejaba un 6-4, 3-6, 6-4, 4-6 y 6-3. 

Increíble partido ante Sinner

En cuartos de final le esperaba Jannik Sinner, otro joven tenista que está preparado para marcar una época junto a Carlos Alcaraz y con quien el murciano había perdido en los dos enfrentamientos anteriores. Después de cinco horas y quince minutos de tenis sublime, Carlitos conseguía clasificarse para las semifinales (6-3, 6-7 (7), 6-7 (0), 7-5 y 6-3. 

Todo hacía presagiar que en semis notaría un desgaste tan criminal para un torneo tan exigente. Pero el murciano es un portento físico, está preparado para que su musculatura se reponga rápido tras grandes esfuerzos y así lo demostró ante Frances Tiafoe, un tenista estadounidense que a sus 24 años ha sabido reconducir su carrera y encontrar los hábitos imprescindibles para mostrar su mejor versión. Y así lo hizo ante Alcaraz. Le propuso otra lucha de titantes y el español se apuntó al reto. Otras cuatro horas y 19 minutos de golpes inverosímiles y una grada que no daba crédito a lo que veía. 6-7 (6), 6-3, 6-1, 6-7 (5) y 6-3 fue el resultado final. Alcaraz había conseguido lo más difícil, plantarse a la final y poner el número uno al lado de su nombre. Pero faltaba la guinda para conservar dicho privilegio. 

Ante Casper Ruud, noruego de 23 años que llegó a la final con exactamente los mismos objetivos que Carlitos, pero con un par de horas menos en la pista, era el reto. Era la primera vez en la historia que se daban estas circunstancias y no defraudaron a nadie.

Carlos Alcaraz, durante la final del US Open

Carlos Alcaraz, durante la final del US Open / EFE

Alcaraz arrancó el duelo ganando el primer set, pero ya se sabe que está abonado a pasar un buen rato en la pista y en la final no podía ser menos. En algún momento de desconexión, de bajar un poco el tono, Carlitos cedió en ese tenis de locura y precisión y Ruud, como no, lo aprovechó para hacerse con la segunda manga.

Pero el murciano se conectó de nuevo en el tercer set que inició con un break que le daba ventaja de inicio. Se palpaba tensión en la pista y también en los palcos, donde entrenadores y familiares no daban tregua a sus uñas. El noruego respondió con la misma moneda y neutralizó la ventaja de Alcaraz en el cuarto juego. Vuelta a empezar. A Carlitos no se le veía divertirse en esta final. Concentración, tensión, sí se percibía, pero su tenis no fluía como en otras ocasiones.

Ruud se crecía mientras Alcaraz necesitaba este clic para empezar a volar en la pista, un clic que le cambiara la expresión corporal, el espesor mental, le calmara y le devolviera a su juego habitual donde le corriera esa derecha determinante, le funcionara el revés cruzado, con puntos espectaculares. Le costaba mantener su saque, pero era un partido para sufrir, de eso ya no había ninguna duda.

Poco a poco el palmareño fue de menos a más y sembró dudas a su rival, que empezó a fallar bolas, aunque en de justicia decir que ambos devolvieron golpes estratosféricos en un despliegue físico solo al alcance de estos jóvenes tenistas. La tercera manga llegó al tie break y a partir de ahí Alcaraz fue infalible y con un contundente 6-1 se adjudicó el tercer set. Quedaba mucho camino por recorrer pero una de las 'etapas reinas' se habían superado con éxito.

Tras romper el servicio a Ruud en el sexto juego, todo vino rodado. La gloria estaba en camino y el murciano no falló. Campeón del US Open y número 1 del mundo. HISTÓRICO.