El inicio de la ronda francesa

Un Tour exclusivo para Vingegaard y Pogacar

La prueba se estrena el sábado en Bilbao pendiente de los dos fenómenos del ciclismo mundial, con mucha montaña y solo una contrarreloj convertida en cronoescalada por los Alpes

Un Tour exclusivo para Vingegaard y Pogacar.

Un Tour exclusivo para Vingegaard y Pogacar.

Sergi López-Egea

El

Tour

es el único lugar, al margen de los centros sanitarios, en los que sigue siendo obligatoria la mascarilla. Si aparece un ciclista en el horizonte se encienden las alarmas y rápidamente hay que buscar en el bolsillo del pantalón algo para cubrir boca y nariz. Sigue habiendo temor al covid y más desde que 

Remco Evenepoel

, ausente de la ronda francesa, tuvo que abandonar el Giro tras contagiarse con el virus cuando llevaba la ‘maglia rosa’.

Por eso, casi resulta surrealista contemplar la imagen de decenas de informadores mirando a 

Jonas Vingegaard 

Tadej Pogacar

 con mascarillas cuando acuden al Bilbao Exhibition Centre (BEC) donde el Tour ha desplegado sus oficinas en Bilbao. Es la misma capital vizcaína que este jueves ha recibido con lluvia a los ciclistas del Tour. Vingegaard y Pogacar no fueron diferentes a otros corredores más anónimos que participan en la carrera que empieza el sábado en Bilbao y se mojaron como el resto mientras calentaban las ruedas de sus bicis.

Sin embargo, todas las miradas, vascas, europeas y hasta planetarias se dirigen hacia dos corredores imaginativos, ofensivos e inconformistas que son los abanderados entre los seis ciclistas, no hay más, que dominan el concierto mundial: Vingegaard, Pogacar, Primoz Roglic, Evenepoel, Mathieu van der Poel y 

Wout van Aert

. Luego están los demás, aunque muchos de ellos sean (casi) tan buenos como el sexteto.

El ciclismo lleva siete meses en este 2023 esperando que nazca el Tour en el parto del estadio San Mamés. 12 millones de euros han pagado las instituciones vascas para acoger al mayor espectáculo ciclista del mundo. Y como en cualquier escenario artístico siempre hay los cabezas de cartel y luego los actores de reparto. Por eso, con o sin mascarilla, cuando surgen Vingegaard Pogacar se encienden los focos y todo lo demás queda entre tinieblas.

La motivación

El Tour se inicia teniendo claro, que salvo accidente o un fallo táctico imperdonable, Vingegaard o Pogacar vestirán el jersey amarillo el 23 de julio, día de elecciones, en los Campos Elíseos de París. “Llego motivado y confiado. No sé cómo estoy. Pero vengo a ganar”, repite Pogacar. Si había dudas de si estaba recuperado de la fractura de muñeca que se produjo tras caer durante la Lieja-Bastoña-Lieja todo quedó despejado la semana pasada en Eslovenia donde ganó, eso sí sin apenas oposición, los campeonatos de ruta y contrarreloj de su país. Hasta entonces llevaba 12 victorias, entre ellas la París-Niza y el Tour de Flandes.

“Lo que sucede en primavera no tiene nada que ver a lo que ocurrirá en el Tour. Llego con menos presión y con la motivación de haber ganado el año pasado”. Vingegaard, autor de la frase, pasa por ser mucho más tímido que Pogacar pero no es ni mucho menos un ciclista de perfil bajo sino el que ha conseguido 11 triunfos esta temporada; todo lo que ha corrido lo ha ganado, salvo la París-Niza donde fue anulado con tanta virulencia por Pogacar, que si se repitiese en el Tour -algo que parece difícil de salida-, la prueba se convertiría en un monólogo amarillo del fenómeno esloveno.

Acción desde el primer día

Y es que, desde el primer acto, el sábado por carreteras vizcaínas, apenas se vislumbran etapas inocentes. Porque si Vizcaya se convierte en una trampa, al día siguiente llega Jaizkibel antes de dos esprints ya en Francia, como preludio de los Pirineos que aparecen de entrada con Marie-Blanque y Tourmalet para terminar la primera semana subiendo al infierno del Puy de Dôme. Pero es que la segunda acaba con el plato principal del Grand Colombier y la Joux Plane antes de adentrarse en un final feliz de Tour con los Alpes, una contrarreloj convertida en cronoescalada y una visita a los Vosgos.

Vingegaard Pogacar se dirigen a la presentación de equipos en la explanada del Guggenheim, más aclamaciones y más fiesta. Lo hacen con el deseo de verlos en acción, en lo que se presume como el gran duelo ciclista de 2023, al más puro estilo de los que vivieron en el Tour Coppi BartaliAnquetil y Poulidor, Merckx y Ocaña, genios de la bici, la historia inolvidable del ciclismo.