AUDIENCIA P ROVINCIAL DE BADAJOZ

Juicio por la muerte de Manuela Chavero: "Es la primera vez que vemos un diagnóstico claro de sadismo sexual"

Los perfiladores de mentes de la Guardia Civil concluyen que Eugenio D. cumple todos los criterios para presentar esta parafilia

Un contrainforme de la defensa cuestiona la validez científica y forense de este análisis por no haber explorado directamente al acusado

El acusado, Eugenio D., al fondo, en la tercera sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz, este miércoles.

El acusado, Eugenio D., al fondo, en la tercera sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz, este miércoles. / S. GARCÍA

Belén Castaño Chaparro

"Este es el primer informe de los más de mil que he realizado en el que una persona cumple un diagnóstico claro de sadismo sexual". Son palabras del comandante de la Sección de Análisis del Compartimiento Delictivo de la Guardia Civil, que, junto a otro compañero, trazó el perfil criminal de Eugenio D., el acusado de la muerte de Manuela Chavero, tras ser detenido.

Ambos, que comparecieron este miércoles en la tercera sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz, aseguraron que no tienen dudas de que Eugenio D. presenta un trastorno de sadismo sexual: experimenta placer y excitación por la humillación y sufrimiento de la mujer, a la que cosifica y quiere dominar, para tener la sensación de control y poder. Esta parafilia se manifiesta por fantasía, deseos irrefrenables o comportamientos y no se trata de episodios aislados, sino persistentes en el tiempo. Además, es una persona que distorsiona la realidad, tiene baja tolerancia al rechazo y problemas para controlar sus impulsos.

Todos estos criterios, según los denominados perfiladores de mentes, han quedado acreditados tras analizar su personalidad y conducta. Para ello, estudiaron su comportamiento en las declaraciones y la reconstrucción de los hechos; se entrevistaron con personas de su entorno cercano (amigos, vecinos, mujeres con las que ha tenido algún tipo de relación); y diseccionaron sus conversaciones con prostitutas a las que solicitaba prácticas sexuales extremas. Ni él ni sus familiares directos -su madre, su hermana y un tío- quisieron ser entrevistados. 

"Era tan brutal lo que vimos..."

"Los mensajes (con las prostitutas) me impactaron. Era tan brutal lo que vimos...", reconoció el comandante. En estas conversaciones, según describieron, Eugenio D. se muestra "insistente" a la hora de solicitar prácticas sexuales extremas, hasta el punto de preguntar la tarifa por desvirgar analmente a una mujer introduciéndole no solo el pene, sino la mano u otros objetos, "hasta hacerla sangrar". También, según relataron los expertos, llegó a decirle a una prostituta que rechazó mantener relaciones con él por tener la menstruación que "si se dejase follar por el culo, tendrías un agujero libre".

Según los perfiladores de mentes este patrón de conducta se repite en sus chats con prostitutas, que solo le interesan si están dispuestas a llevar a cabo prácticas sexuales violentas o que impliquen su sometimiento y sufrimiento, pues de lo contrario da por terminadas las conversaciones.

No ha quedado acreditado que el acusado materializara con ninguna de estas mujeres los deseos que exponía en los mensajes, pero los expertos defendieron que no condiciona el diagnóstico, pues es suficiente con que sean fantasías. No obstante, consideran que el episodio con una joven mientras mantenían relaciones sexuales, a la que agarró "fuertemente" del pelo e incluso llegó a hacer daño en el cuello, son una muestra más se su parafilia. "Lo hizo sin consentimiento y mejoró su erección".

Contrainforme

La defensa de Eugenio D., que ejerce José Antonio Carrasco, presentó un contrainforme realizado por dos peritos que cuestionan la validez científica y forense del realizado por los expertos de la Guardia Civil. En este sentido, alegaron que no se puede aseverar con la "contundencia" con la que lo hacen los perfiladores de mentes que el acusado sufre un trastorno de sadismo sexual, cuando se ha elaborado un diagnóstico sin haber explorado directamente al acusado, sino a través de testimonios de terceras personas.   

"Es como hacer un análisis de sangre sin ella", comparó uno de los psicólogos. Además, consideraron que existe "tendencia de sesgo", pues los expertos de la Guardia Civil fueron los que trazaron el primer perfil del supuesto autor de la desaparición de Manuela Chavero, antes de la detención de Eugenio D. y el hallazgo del cadáver, por lo que entienden que "tratan de corroborar, "dejando de lado otros datos que apuntarían lo contrario".

Tampoco creyeron suficiente que una "sola" conducta sexual violenta -la del fuerte tirón de pelo a una mujer- pueda constatar el sadismo sexual del procesado. "Una golondrina no hace verano".

El sadismo sexual de Eugenio D. es uno de los factores en los que los expertos de la Unidad de Análisis de Comportamiento Delictivo apoyan su tesis sobre las circunstancias en las que se produjo la muerte de Manuela Chavero: "Antes fue agredida sexualmente".

En este sentido, defendieron que, aunque no hay pruebas objetivas de este hecho, sí son "objetivos" los indicios: el "único" móvil es el sexual, desnudó el cadáver y confesó a dos agentes de la UCO que si había semen en los restos, era suyo porque habían mantenido sexo de común acuerdo la misma noche en que murió. 

"No era una víctima de oportunidad, fue seleccionada expresamente con un objetivo concreto"

Comandante de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo de la Guardia Civil

"No era una víctima de oportunidad, fue seleccionada expresamente con un objetivo concreto", afirmaron los perfiladores de mentes, quienes consideraron que hubo "cierta planificación" de los hechos, como buscar un pretexto con el que sacarla de su casa y llevarla a un lugar "más seguro para él" y también para la ocultación del cadáver.

También señalaron que el trastorno de sadismo sexual no impide percibir que otra persona sufre ni tampoco afecta a las capacidades cognitivas y volitivas de quien lo presenta.