El maldito diario de Julen Lopetegui: Sevilla, 23 de marzo de 2022

Como siga el via crucis de empates y lesiones igual no llego a Semana Santa. ¿Cómo se ha podido torcer tanto la cosa?

¿Me echarán también la culpa de la desaparición del ‘Dream Team’ de Cruyff?

Julen Lopetegui lamentándose durante el Sevilla - Real Sociedad

Julen Lopetegui lamentándose durante el Sevilla - Real Sociedad

SPORT by Panenka

Querido diario. Cómo están las cosas en Sevilla… Con lo bien que habíamos empezado la temporada, y mira ahora. Mi relación con la afición del Pizjuán ha ido de la pasión del principio a la penitencia actual. Como siga el via crucis de empates y lesiones igual no llego a Semana Santa. ¿Cómo se ha podido torcer tanto la cosa?

Vamos a acabar dando la razón a los que dicen que soy especialista en cargarme a los equipos justo cuando mejor funcionan: la selección antes del Mundial de 2018, el Real Madrid tricampeón de Europa… ¿Me echarán también la culpa de la desaparición del ‘Dream Team’ de Cruyff? Vale, quizá el mío no fue el mejor fichaje de la historia del Barça, aunque no estuvo tan mal si lo comparamos con nuestra apuesta por Martial este invierno. Es que ya no nos funciona ni el mercado.

Como Monchi pierda su arte y pase a tener el mismo acierto que nuestros delanteros, sí que voy a tener que ir haciendo las maletas. Qué frustración cuando no te entran los goles, ¿eh? Aunque es verdad que sería mucho más fácil marcar si chutáramos a puerta de vez en cuando, no te lo voy a negar. Quizá es que me tira la nostalgia de mis tiempos de guardameta y me entra la vena solidaria.

Así se explicaría que en el último partido prefiriera no molestar al portero de la Real Sociedad. Mientras tanto, dicen que el United me sigue de cerca. Pues no me parece mala opción: entre lo gris que se está poniendo todo por aquí, lo mal que estamos jugando y los nubarrones que hemos tenido en Andalucía, es como si ya me sintiera en Mánchester. Además, allí las cosas no pueden ir peor, por lo que, si se tuerce el asunto, que no me miren a mí.

Oye, qué quieres que te diga, estamos segundos en la clasificación... ¿y me hablan de crisis? No era yo quien hace unos meses vendía que se podía ganar la Liga. Fueron los medios los que se ilusionaron con los buenos resultados. Pero hay que ser más riguroso, hombre. Porque se olvidaron de un factor determinante. Yo lo llamo la ley de Julen, que es como la ley de Murphy, pero aplicada a los técnicos: si un entrenador puede salir mal (de tu equipo), saldrá mal.