Maldito diario: Gil Manzano

Incomprensiblemente, los jefes no me han elegido para arbitrar en Catar

Ya tenía en mi colección a Neymar Jr., Messi, Bale, Dani Alves (a este lo tengo repe), Casemiro (otro repetido) y a Luis Suárez, entre otros, y el martes añadí a Lewandowski

Gil Manzano expulsa a Lewandowski

Gil Manzano expulsa a Lewandowski / Javi Ferrándiz

SPORTbyPanenka

Querido diario. Debe ser la fiebre mundialista, que también me está afectando, como buen futbolero que soy. Incomprensiblemente, los jefes no me han elegido para arbitrar en Catar (qué vergüenza, si fuera por mí, los echaba a todos), así que he optado por refugiarme en mi vieja afición de coleccionar cromos para compensar el mono que, seguro, me va a provocar ver desde la tele cómo en el Mundial tantas y tantas entradas de roja se quedan en una triste amonestación verbal, cómo tantos y tantos colegiados no salvan a los jugadores del intenso calor mandándolos antes de tiempo a la ducha.

Ya tenía en mi colección a Neymar Jr., Messi, Bale, Dani Alves (a este lo tengo repe), Casemiro (otro repetido) y a Luis Suárez, entre otros, y el martes añadí a Lewandowski, que me faltaba, y a Piqué, que no es tan original (ya lo tienen unos cuantos de mis colegas) pero que también me dio bastante satisfacción llevarme a casa.

Aunque a él no le ha gustado tanto eso de que lo mandara a la suya antes de tiempo. Piensa que del disgusto se ha retirado y todo. Así soy yo, aburrido de dejar mi huella durante los partidos, ahora me he propuesto influir directamente en la carrera de los futbolistas.

A este paso voy a ser el Jesús Gil que ha dado más que hablar en la historia del fútbol español. Pero no quiero que me comparen con un personaje así. Alguien tan mal hablado, quiero decir. Sabes bien que no me gustan los insultos. Yo soy más elegante, un dandi, a lo Oscar Wilde.

¿No fue precisamente él quien dijo aquello de que “hay solo una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”? Pues eso, que digan lo que quieran unos y otros. Pero sin faltar, que luego pasa lo que pasa y vienen los lloriqueos y los gestitos de camino al vestuario.

Lo que no me da la gana es aguantar que insinúen que perjudico a unos clubes más que a otros. Que nadie se equivoque, que no duden de mi ecuanimidad: perjudico a todos por igual. Como buen futbolero que soy (y perdón por la reiteración, me merezco una amarilla), me he fijado mucho en el Barcelona en los últimos años. Es que da gusto verlos. Creo que es inevitable que, cada vez que me toca pitarles, me entren ganas de jugar con ellos.