¿A la tercera será la vencida para Piqué?

Gerard Piqué dio la vuelta a una situación que parecía irremediable en el Rico Pérez de Alicante. El futbolista fue despedido del estadio con una fuerte ovación y con el público en pie. De los pitos y bronca a su llegada, se pasó a los aplausos. Un vuelco que no es inédito. El central ya vivió circunstancias parecidas en dos ocasiones anteriores, pero los silbidos acabaron por regresar.

La primera tregua para Piqué fue durante el verano del 2016 en la Eurocopa de Francia. El central llevaba un año pitado en cada estadio desde que pronunciara la célebre frase de “contigo empezó todo” en la celebración del triplete del Barça en junio del 2015. España visitó pocos días después León para jugar un amistoso contra Costa Rica y fue entonces cuando se inauguró esta desagradable moda de abuchear a un futbolista de su propio equipo.

Gol a Chequia

Tras un año de malos ratos en ciudades, el debut en la Eurocopa ante la República Checa llevó al primer cambio de tendencia. Su gol en la recta  final del partido y su rendimiento –fue probablemente el mejor futbolista de la Roja en el torneo- provocó que los ánimos se calmaran y Piqué jugará con el aliento de la afición española.

Sin embargo, los pitos regresaron a raíz de algunas polémicas y declaraciones de Piqué que no sentaron bien en Madrid, como su denuncia de los movimientos en el palco del Bernabéu. El futbolista volvió a escuchar gritos en contra hasta que llegó este septiembre el partido en el Bernabéu contra Italia. Las peticiones de jugadores del Madrid, encabezadas por Sergio Ramos, para que no se pitará al futbolista surgieron efecto y, a en el transcurso del partido, Piqué incluso escuchó como se coreaba su nombre en el campo del eterno rival.

Próximo amistoso en Madrid

Ésta fue la segunda tregua y la tercera llegó en Alicante, donde el propio jugador aplaudió a la afición al ser sustituido por el cariño brindado. La Federación está perfilando ahora los amistoso del mes de noviembre en el parón destinado a la respesca mundialista, de la que España se ha librado. El Wanda Metropolitano de Madrid se perfila como uno de los escenarios –el otro podría ser San Petesburgo- y se comprobará si la paz se ha restaurado definitivamente alrededor de la figura de Pique.