Luis Enrique-Rakitic, una historia de admiración y respeto

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Kroos o Rakitic, esa era la cuestión. Un dilema que el croata resolvió sin permitir que el entorno blaugrana sobredimensionara un debate que nunca existió. Luis Enrique llegó al Camp Nou de la mano de un futbolista que abandonó su zona de confort en Sevilla para aceptar el reto del Barça. Ocurrió el verano de 2014 y Rakitic se convirtió en una pieza imprescindible para que el tridente formado por Messi, Suárez y Neymar brillara y llevara al equipo a conquistar su segundo triplete. El centrocampista alternó con Xavi hasta que, después de Anoeta, se acabaron las rotaciones y se ancló a la posición de interior derecho, lo que supuso también la jubilación soñada para el de Terrassa, capitán y leyenda antes incluso de quitarse la camiseta del Barça.

A partir del segundo año con Luis Enrique en el banquillo, Rakitic fue dueño indiscutible ya de una de las tres posiciones del centro del campo, acabando siempre la temporada como uno de los futbolistas más utilizados, tanto en el número de partidos como en cantidad de minutos. Fue precisamente en la 15-16 cuando más jugó, con un total de 57 encuentros y 4.069 minutos repartidos en seis competiciones, un dato clave para entender su mayor presencia que el año anterior y el último de ‘Lucho’ como entrenador. Rakitic participó en 51 partidos y jugó 3.348 minutos la temporada 2014-2015, cifras casi idénticas a los 51 partidos y 3.522 minutos de la 16-17.

El croata formó parte de la columna vertebral del dibujo del asturiano, pero hubo etapas en las que la sensación era la de ser siempre el elegido para rotar. Los datos así lo confirman: de los 159 partidos jugados con Luis Enrique, solo completó, saliendo de inicio y abandonando el césped tras el pitido final, 61. En los 98 restantes o entró desde el banquillo o fue sustituido. Seguramente esa es la razón por la que Rakitic pudo sentirse en algún momento un actor secundario, ensombrecido por la ascendencia del tridente.

Pese a todo, el croata nunca tuvo la más mínima queja, sino todo lo contrario: “Luis Enrique me ha ayudado mucho, fue el míster quien pidió mi fichaje. Si tuviera que tirarme por un puente por él, lo haría sin dudarlo. Con una mirada o una sonrisa, te transmite la confianza necsaria para triunfar”, dijo en enero de 2017 en una entrevista a ‘France Football’. Este martes volverán a coincidir, él como miembro de la selección de Croacia y el técnico, como seleccionador español. Cualquier encuentro entre ambos será una muestra de respeto entre dos profesionales íntegros que se profesan sincera admiración.