Nàstic: La salvación ya no es una quimera

Importante victoria del Nàstic ante el Albacete

Importante victoria del Nàstic ante el Albacete / LaLiga

Jonathan Moreno

La empresa se antoja complicada. Nadie dijo lo contrario. Tocará apretar los dientes, pelear contra viento y marea y sufrir hasta el final. Pero <strong>la victoria del sábado acerca un milímetro más el objetivo de la salvación</strong>, aunque la jornada no acabó siendo del todo propicia dados los triunfos de los adversarios directos. La permanencia ha dejado de ser una quimera en Tarragona.

Las sensaciones son buenas en el seno del vestuario grana. Así mismo lo reconocía el propio Enrique Martín Monreal a la conclusión del partido contra el Albacete. “Es un chute emocional terrible para los futbolistas, que ven recompensados el gran esfuerzo que están haciendo. El equipo necesitaba un momento de gloria así”, confirmaba el técnico navarro, que no pudo celebrar de mejor manera su 63 aniversario. 

Sólo había que ver los rostros de los jugadores a la conclusión del partidos. Sonrisas de oreja a oreja cuando Ocón Arraiz señaló el final del encuentro. El susto del remate de Zozulia contra el travesaño se esfumó de un plumazo.

Falta de pegada

Todo ese esfuerzo sólo está teniendo un lunar, y no es otro que la falta de efectividad cara a portería. El equipo genera ocasiones, pisa área contraria con peligro, aunque los delanteros, sobre los que recae principalmente la responsabilidad goleadora, no están teniendo el tino necesario para someter a los arqueros rivales.

Prueba de ello son los paupérrimos registros que acumula el equipo a estas alturas del campeonato. La parroquia del Nou Estadi sólo ha celebrado catorce goles en los otros tantos encuentros disputados como locales. Un gol por partido.

Lejos de Tarragona, los guarismos son todavía más dececpcionantes. En quince duelos a domicilio, el cuadro grana sólo ha perforado en cuatro ocasiones las mallas de su oponente.

Y no será por ocasiones ni insistencia. Ante el Albacete, los de Enrique Martín disfrutaron de hasta cuatro ocasiones manifiestas para inaugurar el tanteador. Noguera, con un cabezazo a bocajarro, Fali, a la salida de un córner, y Luis Suárez, en dos lanzamientos con mucha picardía, obligaron a Tomeu Nadal a intervenir para impedir un gol que acabó llegando desde el punto de penalti.