Vinicius: problemas con árbitros, rivales y aficiones

En Mallorca se las tuvo con Maffeo, Raíllo, Ángel y la grada

Vio la séptima cartulina de la temporada, solo superado por las 14 de Casemiro

Vinicius vio la cartulina amarilla ante el Mallorca por una discusión con Ángel

Vinicius vio la cartulina amarilla ante el Mallorca por una discusión con Ángel / EFE

Sport.es

Vinicius vio en Son Moix la séptima cartulina en lo que llevamos de temporada, su registro más alto desde que llegó al Real Madrid, lo que le convierte en el segundo futbolista más amonestado del Real Madrid solo por detrás del líder indiscutible de este capítulo, Casemiro que a pesar de su bula arbitral ya suma 14. La cifra es más que considerable tratándose de un delantero y ya le ha hecho perderse un partido por acumulación, la visita del Granada a Chamartín de la jornada 23.

El carácter del brasileño empieza a convertirse en un problema. Vinicius ha elevado el tono de sus protestas a los colegiados exponencialmente a su protagonismo sobre el terreno de juego. Sus buenos registros -17 goles y 14 asistencias en 38 partidos- le han hecho crecerse ante árbitros, rivales y aficiones, grangejándose la antipatía de todos.

A su facilidad para irse al suelo, Vinicius va sumando su fuerte carácter que se traduce en constantes protestas a los colegiados y provocaciones a rivales y aficiones. En Mallorca se vio un ejemplo de todo ello. El delantero del Real Madrid se las tuvo, además de con su marcador, Pablo Maffeo, con Antonio Raíllo y Ángel. Precisamente, una discusión con el veterano delantero, después de ser arrollado por el ímpetu de Matteo, le valió la cartulina amarilla.

Vinicius ya venía caliente con el colegiado del encuentro, Sánchez Martínez, por su reciente arbitraje en el Real Madrid-Villarreal, en el que el brasileño se quejó de dos manotazos de Raúl Albiol y Parejo.

La actitud que muestra Vinicius sobre el césped le convierte en el objetivo de las aficiones rivales. Y en Mallorca le instaron a ir a recoger plátanos. Insultos que tuvieron cumplida respuesta por parte del madridista. La imagen de Vinicius encarándose con la grada ya es habitual. Ayer sumó un baile dedicado a los que le increpaban después de abrir el marcador.

El carácter del joven delantero brasileño trae por la calle de la amargura a Carlo Ancelotti que no ha dudado en afear su conducta públicamente en más de una ocasión, instándole a concentrarse solo en el juego. De momento, no lo ha conseguido.